Trabajan cada día para favorecer la integración social de las personas afectadas gracias a un equipo multidisciplinar que da sentido a esta "gran familia"
"No sabemos dónde vamos a llegar, pero sí sabemos lo que vamos consiguiendo día a día. Lo peor en la vida es rendirse, siempre hay que avanzar aunque sea a base de pasitos pequeños". Ese es el mensaje que lanzan desde ASDACE. El trabajo diario que realizan en esta asociación se basa en la constancia, en la profesionalidad y en el trabajo en equipo.
ASDACE (Asociación Salmantina de Daño Cerebral Adquirida) es una organización sin ánimo de lucro que surgió en 2002 ante la grave problemática que presentan las personas con daño cerebral adquirido y la magnitud de secuelas que comporta esta discapacidad, así como la falta de servicios y centros especialidades. Ante esa realidad, sus objetivos diarios se basan en llevar a cabo actuaciones que favorezcan la rehabilitación integral de sus usuarios mediante la intervención de un equipo terapéutico que les ayudan para conseguir su reinserción socio-laboral, facilitar información sobre los recursos disponibles para que los afectados tengan la calidad de vida que se merecen, favorecer la integración social de las personas afectadas, facilitar la atención y apoyo psicológico, fomentar la investigación sobre el daño cerebral y promover campañas de prevención y sensibilización.
Detrás de todos esos objetivos hay muchos nombres propios que trabajan para lograr los resultados y son quienes dan sentido a esta "gran familia". ASDACE está dirigida por una junta directiva que se escoge en asamblea cada dos años. Actualmente, Alicio Tolentino es el presidente de la entidad; Yolanda García es la coordinadora; Verónica Alonso y Anabella García dirigen el área de neuropsicología; Mónica Fernández y Sara Santiago dirigen el área de Terapia Ocupacional; Carlos Yeguas dirige el área de Logopedia y diferentes profesionales de la Facultad de Fisioterapia de la Universidad de Salamanca se encargan del área de fisioterapia.
Todos coinciden en la importancia del trabajo en equipo, algo "fundamental para poder lograr los objetivos fijados con cada usuario". "Es clave incidir en el trabajo multidisciplinar. Cuando una persona llega por primera vez a la asociación, le hacemos una entrevista previa, una primera evaluación; extraemos toda la información de esa persona y a partir de ahí nos ponemos todos de acuerdo y diseñamos un plan de rehabilitación individualizada desde las diferentes áreas y definimos los objetivos comunes. En base a lo que se vaya consiguiendo, vamos modificando los objetivos y las rutinas con cada paciente para ir adaptándonos a sus necesidades", explica Anabella, neuropsicóloga.
Con cada usuario desarrollan terapias individuales y terapias en grupo para trabajar aspectos de tipo emocional, alteraciones de conducta cuando son daños cerebrales más severos como los aspectos cognitivos por lo que inciden en la memoria, la atención, orientación, planificarse y organizarse. Dentro de sus servicios, además, ponen en marcha talleres de arteterapia, de ludoterapia, de estimulación cognitiva y memoria y actividades de ocio y tiempo libre que tuvieron que cortar durante la pandemia y que esperan poder retomar en los próximos meses.
La importancia del papel de la familia
Los familiares de una persona con daño cerebral se ven obligados a volver a empezar después de recibir un duro diagnóstico que exige mucho esfuerzo y apoyo, de ahí el papel "vital" que juega el entorno más cercano de las personas que sufren el daño. "Hacemos atención psicológica individualizada a los familiares en el caso de haya demanda y hacemos además talleres psicoeducativos y emocionales en los que se dan técnicas y estrategias a los familiares para que entiendan qué es el daño cerebral, entiendan qué secuelas pueden aparecer, estrategias para facilitar su día a día, así como compartir vivencias y experiencias que sean útiles. Hay terapias en las que participan familiares de usuarios que llevan con nosotros varios años y sus testimonios resultan muy útiles para aquellos que acaban de afrontar esta nueva situación y no saben cómo actuar. Se ayudan entre ellos y logramos que se consiga ese ambiente familiar fundamental para la mejora y tranquilidad de los pacientes", añade.