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?Al saber que tenía cáncer se me cayó el mundo, pensé que no vería a mis hijos crecer?
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?Al saber que tenía cáncer se me cayó el mundo, pensé que no vería a mis hijos crecer?

Actualizado 19/10/2021
Vanesa Martins

A esta enfermera salmantina le diagnosticaron el cáncer muy joven y hoy vive cada día rodeada de su familia y amigos "aprovechando cada momento"

El cáncer le llegó a Eva en la flor de la vida, con 35 años y dos hijos, uno de tres años y otro de tres meses. Se notó un bulto y como había sido madre recientemente pensó que se trataba de un quiste lácteo. Fue al médico de cabecera, le empezaron a hacer pruebas y ahí estaba el diagnóstico: tenía cáncer de mama. "Cuando me lo dijeron se me cayó el mundo encima, lo primero que pensé fue que no iba a ver a mis hijos crecer" detalla. Ahora, 12 años después, sigue con el tratamiento. "Lo veo como una enfermedad crónica. Vivo al día". Al principio estuvo año y medio con tratamiento, empezó a hacer vida normal y a los tres meses, en la primera revisión, el cáncer estaba de nuevo.

Confiesa que es afortunada por la gente que tiene a su alrededor. "Tengo un marido extraordinario que me ha ayudado en todo y siempre está a mi lado, una familia y unos amigos increíbles". Una de las cosas más duras cada vez que le dan una mala noticia es decírselo a sus padres: "Lo pasan fatal. Yo soy madre, me pongo en su situación y es horrible". Dice que nunca ha ocultado su enfermedad, tampoco a sus hijos y eso le ha ayudado a sobrellevarla mejor. "Los niños han crecido con esto, son muy sensibles y se les nota. Desde pequeños me han visto con las heridas y jugaban con la peluca. Desgraciadamente es algo que les ha tocado vivir".

Recuerda la primera vez que perdió el pelo: "Me recomendaron llevar peluca porque al ir por la calle y con dos niños pequeños llamaba la atención". Lo único positivo de la enfermedad es la gente que ha conocido gracias a la AECC; cuenta ilusionada que tienen un grupo de WhatsApp y hablan a diario. "Son gente maravillosa, solo con la mirada saben lo que sientes porque también lo están viviendo".

A esta enfermera de 48 años el cáncer le ha hecho ver la vida de otra manera y dice que ahora no tiene filtro. "Antes era muy tímida y ahora suelto todo, en mi casa ya se han acostumbrado", dice con una sonrisa. Cuenta que quiere reírse y no transmitir pena, disfrutar y hacer todo lo que pueda aprovechando los días al máximo". "El cáncer es una enfermedad silenciosa, te encuentras bien, no notas nada y haces vida normal, el problema es que cuando lo notas ya está muy avanzado, por eso es importante la prevención y que las mujeres se vigilen y se autoexploren porque se puede curar. Se ha avanzado mucho. La palabra cáncer de hoy en día no es la misma que la de hace 20 años", concluye.