"Hay menos ingresos, pero no por eso hay que bajar la guardia", ya que aunque estemos vacunados podemos transmitir el virus, y sin olvidar que hay un porcentaje "que tiene una respuesta inmunológica débil frente a la vacuna", explica el jefe de Urgencias
La 'quinta ola' de la Covid-19 ha provocado cerca de 4.000 nuevos casos por Covid-19 en el mes de julio en Salamanca (en concreto, 3.886 positivos), una cifra que afortunadamente, y gracias al avance de la vacunación, no se ha traducido por ahora en una mayor presión hospitalaria, tal y como sucedió en anteriores olas de la pandemia. "Tenemos la suerte, de momento, que Salamanca está teniendo una presión hospitalaria menor, pero va lentamente aumentando", apunta Rafael Borrás, jefe del Servicio de Urgencias del Complejo Asistencial Universitario de Salamanca, añadiendo que "salvo en la primera ola, que fuimos de los cabeceros, en el resto siempre hemos ido con retraso, en torno a una o dos semanas. Hay que seguir teniendo precaución porque los ingresos están aumentando".
"Hay menos ingresos, pero no por eso hay que bajar la guardia porque en Urgencias tenemos todos los días alrededor de 15-20 pacientes", explica. De los pacientes que atienden en Urgencias, la mayoría por ahora no están requiriendo ser hospitalizados, pero esto no siempre es así. El mes de agosto comenzaba en Salamanca con una veintena de pacientes ingresados por Covid-19 (en concreto, a 4 de agosto, 18 pacientes estaban en planta y 4 en UCI). Actualmente, el 36,8% de los ingresados son mayores de 64 años. La edad del paciente más joven ingresado en la UCI en los últimos 7 días era 29 años.
"El 72% de los pacientes que vemos son positivos, y de esos la mayoría se van para casa porque son jóvenes", explica el doctor Borrás, pero esto ni mucho menos nos debe hacer olvidar que no solo se contagian los jóvenes. "La edad media es de 64 años, pero el rango de edad oscila entre 38 y 93 años", añade al respecto.
Donde sí se está viendo el importante beneficio que brindan las vacunas contra la Covid-19 es en el descenso de la mortalidad -5 fallecidos en Salamanca durante el mes de julio en el ámbito hospitalario, cifras afortunadamente muy alejadas de las anteriores olas-. "Y en cuanto a la gravedad de la enfermedad también", apunta el jefe de Urgencias del Hospital de Salamanca. De ahí que los ingresos en la unidad de críticos también estén siendo inferiores.
Vacunarse es fundamental, tanto para reducir la mortalidad como la gravedad de los síntomas, pero estar vacunados no significa que podamos bajar la guardia. No podemos olvidar, por un lado, que hay todavía un porcentaje de población que no ha recibido ninguna dosis. Y, por otro lado, que "la vacuna no cubre el 100%, y de hecho el rango de protección, como se está diciendo, es de un 90%, por lo que hay un 10% de personas que tiene una respuesta inmunológica débil frente a la vacuna, y eso es más evidente en personas mayores. Por eso tenemos ingresada gente vacunada, pero son personas mayores que no han tenido una respuesta plena, bien es verdad que no con la gravedad que tenían anteriormente. Aunque enferman, no lo hacen con la gravedad de la primera, segunda y tercera ola", subraya el doctor Borrás, quien además fue el primer sanitario de Salamanca en recibir la vacuna durante el periodo de vacunación para profesionales del Sacyl.
Menos tiempo ingresado
En esta quinta ola, y también como efecto de la vacunación, "se ha reducido el tiempo de permanencia en el hospital. "Eso se ha notado mucho", situándose actualmente en una media de 5-7 días, periodos cortos. "En cuanto pasan la parte peor se les puede dar el alta porque ya conocemos mejor la enfermedad", añadiendo que "se están dando altas con fundamento, y de hecho el índice de reingreso, uno de los parámetros a medir, es muy bajo".
Tras más de un año de pandemia conocemos muy bien las medidas de prevención y los comportamientos de riesgo que pueden exponernos a un posible contagio. Sin embargo, esto no ha impedido que se produzca esta quinta ola -la que algunos han denominado la ola de los jóvenes al ser los que mayoritariamente se han contagiado-, con un aumento notable de los contagios y una incidencia en niveles de riesgo muy alto.
"Estamos en una fase de agotamiento epidemiológico, es comprensible porque llevamos más de un año, pero también me he fijado en un detalle. Cuando se retiró la obligatoriedad de la mascarilla en la calle, la mayoría la seguía llevando. En general la población se lo ha tomado bastante en serio, y eso se ve en el uso de la mascarilla", apunta al respecto.
"La vacunación es la herramienta más importante que tenemos, pero no la única", subraya. "Puedes estar vacunado, pero ser portador y transmitirlo a otra gente, por eso las medidas de protección y aislamiento deben seguir. También para no colapsar el hospital, porque hay otras enfermedades, hay que seguir operando y hay que seguir viendo a otros pacientes", concluye.