Esther y Lázaro: “Abrir el bar de las piscinas en Macotera ha sido apostar por nosotros mismos”

Que el verano es sinónimo de descanso y relax no es la norma escrita para todos. Hay quienes aprovechan la época estival para poner en marcha nuevos retos vitales, con los que tratar de desarrollar diferentes experiencias profesionales, además de buscar un 'colchón económico' con el que contar en los crudos y a veces duros inviernos salmantinos, especialmente entre los jóvenes estudiantes.

Un ejemplo de esto, de gente con ganas de afrontar nuevos retos, lo encontramos en Esther Sánchez y Lázaro Raúl Expósito. Dos jóvenes de 23 y 24 años respectivamente, quienes se han lanzado a poner en marcha su primer negocio veraniego con el bar de las Piscinas municipales de Macotera.

Era y es un reto más que meditado pero, tal y como explica Lázaro "la idea de coger el bar de las piscinas creo que fue más bien una iniciativa para intentar enfrentarnos a la precariedad de los trabajos de verano, muchos sin contrato y con muchas horas. Decidimos apostar por esto para organizarnos nosotros mismos y poner en marcha este negocio en verano".

Ha sido una apuesta personal que se iniciaba cuando se enteraban de que nadie había optado a quedarse con la concesión del establecimiento, que cada verano sale a concurso público desde el Ayuntamiento, tras lo que comenzaron a cavilar. "Lo hablamos entre nosotros y nos lanzamos sin miedo. Es

la primera vez que tenemos un negocio y es duro, ves las vísceras de todo lo que lleva esto, nada que ver con lo que puede ver el público" aseguran.

Pero de esa iniciativa comenzaba a surgir un planteamiento, que se hacía realidad tras el despido de Lázaro de su empleo temporal en una empresa de Madrid. "Me vi fuera del empleo que estaba desarrollando y no me lo pensé dos veces a la hora de venirme a Macotera e iniciar esta nueva andadura" explica.

Para Esther, estudiante de 5º curso de Medicina, es el primer empleo que desarrolla en su vida, algo que, lejos de suponer miedos, lo vive como un reto. "Es difícil organizar todo lo que necesita un bar como este. Cuesta mucho llevar adelante proveedores, contratos?es más complicado de lo que parece pero lo afrontamos con ilusión" asegura ella, quien además pone en valor el llevar a cabo este iniciativa profesional en su pueblo. "Es cómodo, estas al lado de casa. Los proveedores están aquí mismo, nos dan facilidades?tenemos un trato muy cercano con ellos y nos ayuda mucho el que nos traten de esta manera".

Así levantan cada mediodía la persiana de su establecimiento, abierto hasta el final de campaña estival, siempre con la ilusión de poder ofrecer los mejores servicios desde un negocio que ya han hecho suyo y al que cada día acuden decenas de clientes para ofrecerles también su apoyo.