El piloto de Babilafuente es homenajeado por su heroísmo y solidaridad

El piloto Maximiliano Plaza Bretón, Maxi, de Babilafuente recibió ayer la Medalla al Mérito de la Protección Civil en su categoría de oro con distintivo rojo a título póstumo en reconocimiento a su heroísmo y solidaridad en su máxima expresión. Sus padres, Marcelino y Ascensión recogieron este símbolo con el que el Ministro de Interior, Fernando Grande Marlasca, tuvo a bien reconocer el "compromiso y la solidaridad demostradas tanto por Maxi, como por su compañero de vuelo Jorge Manuel Santana".

Los delegados del Gobierno en Galicia y Castilla y León, Javier Izquierdo y José Miñones respectivamente, hicieron entrega de este distintivo y de un diploma a los padres del joven que con tan solo 38 años perdió la vida tras un accidente mientras trabajaba en la extinción de un incendio forestal en la provincia de Ourense.

"Hoy queremos reconocer y poner en valor tu ejemplar compromiso con la sociedad que te llevó a sufrir graves consecuencias, arriesgaste para salvar vidas", dijo Encarnación Perez, subdelegada del Gobierno en Salamanca, que actuó como anfitriona del evento que tuvo lugar ayer por la mañana en la base aérea de Matacán. Asimismo explicó que el accidente que dejó herido de gravedad a Maxi y se llevó la vida de su compañero portugués Jorge M. S. Jardim tuvo lugar en agosto, mientras ambos trabajaban con un avión anfibio en el término orensano de Lobios. Finalmente el joven salmantino falleció unos días después, en septiembre en su pueblo, donde se recuperaba.

Maximiliano, como profesional, hizo gala de valores de "constancia, familia y lealtad", subrayados en las palabras pronunciadas en el acto por Angel Rodero, director ejecutivo en España y Portugal de la empresa Babcock International Group, en la que el joven homenajeado trabajó desde el año 2008, aunque esta previamente tenía otra denominación. "Quería volar y trabajó para conseguirlo, sabiendo que el ejemplo es lo más importante en un puesto de liderazgo", dijo.

Escalofriantes datos de los efectos de los incendios en Galicia, ofreció José Manuel Miñones. En dicha región se producen una media de cinco incendios al día, lo que supone como si el fuego arrasara 27 veces la ciudad de Salamanca en un lustro. Invitó al público a ponerse "en la piel de un piloto", porque esto supone "pasar 237 días en el aire sin aterrizar". Subrayó el acto como necesario para "rendir homenaje y saldar una deuda con un piloto valiente" y "darle las gracias en nombre de Galicia y del Gobierno de España".

Recordó que Maxi luchó contra los incendios "desde el aire para proteger aquellos paisajes y tierras de Galicia que ya conocía a ras de suelo de viajes previos, lo hizo durante muchas campañas y durante muchos años", razón de este reconocimiento a propuesta de la Delegación del Gobierno y del anterior delegado del Gobierno, y con la consideración del director general de Protección CIvil y Emergencias, Leonardo Marcos González.

Javier Izquierdo, delegado del Gobierno en Castilla y León, recordó que Maxí, piloto desde los 24 años, "hacía en la vida lo que más le gustaba, volar y luchar contra las llamas, salvar el monte, salvar vidas".

Antes de la pandemia, transportaba pasajeros en las islas Canarias. Allí "era feliz ahí pero estaba lejos de sus hijos", Alan y Lian, a los que visitaba siempre que podía, aunque solo fueran unas horas.

Maxi compartió su último vuelo con un compañero portugués, ambos "pilotos ciudadanos de países vecinos, pero distintos y trabajando por el mismo bien común", ambos "perdieron la vida finalmente por el bien común, sin importarles si el bosque era español o portugués, si el avión era de una otra nacionalidad, si el incendio afectaba a Galicia o Portugal, no existían las fronteras, ellos trabajaban por salvar un ecosistema común, el planeta y salvar las vidas de seres humanos fueran quienes fueran y estuvieran donde estuvieran", explicó javier Izquierdo.

Tampoco faltó la presencia de Carlos María Bernardo Anaya, coronel de la Base Aérea y Grupos de Escuelas de Matacán.

Asistieron familiares y amigos, entre ellos sus hermanos mayores que él, pues era el pequeño, sus hijos "que tienen devoción" por él y quieren seguir sus pasos dijo su hermana. "Nos enseñaste a ser buena persona", reconoció. "Seguiremos con tu forma de ver la vida, siempre alegre y transmitiendo confianza a quienes hemos tenido la suerte de tenerte te queremos te echamos de menos y te damos las gracias por el tiempo que nos has dedicado a cada uno de nosotros", concluyó.

"Todo lo que puedo decir de él es halago", declaró Marcelino, el padre de Maxi, en una breve intervención en la que le recordó como "amable, buena persona, cariñoso, trabajador" y siempre que tenia algun rato de tiempo y no estaba trabajando estaba ayudaba a sus hermanos, a su madre y a mi en la panadería".

Entre los asistentes al acto se encontraba visiblemente emocionado Lorenzo Joaquín Bautista, alcalde de Babilafuente, que junto a la subdelegada del Gobierno y el representante de la empresa hicieron entrega de tres ramos de flores a la familia antes del cierre con una foto de familia.