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Bienestar personal: el rol del humor, las emociones y los sentimientos 
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Bienestar personal: el rol del humor, las emociones y los sentimientos 

Actualizado 07/05/2021
Félix López

En este tercer texto nos centramos (el primero era "responsabilizarse del propio bienestar y el segundo conocerse a sí mismo) en el rol del humor, las emociones y los sentimientos. Nuestras capacidades emocionales son parte fundamental de nuestro bienestar, a la vez que una evaluación continua de él.

El "humor" es el tono vital positivo o negativo, pasivo o activo, personas con energía o más desvitalizadas. Se puede percibir como un estado más o menos difuso de bienestar o malestar corporal, etc. Puede saberse la causa (una resaca, por ejemplo) o, como dice el poeta, "hoy estoy sin saber yo no sé cómo". Arrastrase por la vida con cara de pocos amigos o cantarla vital y amigablemente, son los dos extremos.

El "humor" es en buena parte heredado, refleja el estado del cuerpo y su fisiología. Por eso es vital cuidar la salud y bienestar corporal (hacer ejercicio, comer y beber saludable, dormir y descansar, respira aire limpio y tener contacto con la naturaleza). Si es positivo favorece el bienestar propio y el de las personas del entorno. Suele tener una línea base bastante estable, con oscilaciones coyunturales por factores biológicos o sociales concretos.

¿Es usted vitalista, se siente con energía u le cuesta más vivir y tiene con frecuencia mal humor? Aceptarse , controlar el mal humor y cuidar el cuerpo es el buen camino.

Las emociones son repuestas súbitas aprendidas por el ser humano a lo largo de su evolución, para favorecer la supervivencia, alertarnos de los riesgos, etc. Las básicas son innatas (alegría, tristeza, sorpresa, ira, miedo y asco), desarrollándose luego en un amplio abanico (empatía, turbación, vergüenza, culpa, orgullo celos, envidia, gratitud, admiración y desdén). Evalúan, de forma muy específica, como estamos viviendo una situación, una relación, a noticia, un suceso vital, etc.

Todas son muy útiles. La educación emocional debe conseguir a) saberlas expresar a los demás, b) saber entender las emociones de los demás, e) compartirlas con los demás las que sean constructivas en las relaciones, d) regularlas para que no nos desborden, perdiendo el control y e) usarlas de forma socialmente correcta.

Compartirlas empáticamente nos ayuda a salir de la soledad y mejorar nuestras relaciones, especialmente las más íntimas, que es donde más nos jugamos el bienestar.

Regularlas, ser dueños de ellas, nos ahorra muchos errores y conflictos interpersonales al decir lo que no pensamos y hacer lo que no queremos, como ocurre a las personas impulsivas. La impulsividad y descontrol verbal es una fuente de malestar propio y sufrimiento ajeno.

Las emociones se pueden y deben usar bien. También se puede entrenar educativa o terapéuticamente.

Valore usted loas cinco aspectos señalados y sepa que podemos mejorar mucho el manejo de las emociones, en favor de nuestro bienestar y el de los cercanos.

Los sentimientos suponen una interpretación mental de nuestro mundo emocional. Conocerse y entenderse bien, para no tener teorías negativas sobre el propio bienestar, es uno de los poderes de la mente. Analizar con realismo nuestro estado emocional, descubrir nuestro mal humor, el posible predominio de las emociones negativas y les errores que comentamos sobre la autoestima y la tendencia a culpar a los demás de nuestro malestar, es haber dado muchos pasos hacia el bienestar. Saber llorar y serenarse, discutir sin perder el control, escuchando los argumentos del otro y tantas cosas más que usted puede analizar de sí mismo.

El humor característico que tenemos , las emociones dominantes y la valoración mental y afectiva que hacemos de nuestro mundo emocional (con sentimientos de estabilidad o nerviosismo y ansiedad, , bienestar o depresión, etc.) son tres contenidos básicos de nuestro bienestar o malestar.

Hacer un balance de esos tres aspectos del mundo emocional, descubrir posibles dificultades, errores frecuentes, reconocer el malestar, si fuera el caso, y ponerse a trabajarse con uno mismo o pedir ayuda es el camino hacia el bienestar personal y social.

El humor, las emociones y los sentimientos tienen una frontera difusa, están en interacción continua, enlazados psicosomáticamente, pero es útil analizar nuestro mundo emocional, paso a paso, para conocernos y ayudarnos mejor. Antonio Damasio, un gran investigador del que tomo esta clasificación, tiene una metáfora que puede ayudarle a entenderse: el humor es como el mar de fondo, las emociones las crestas de las olas. Y si el mar tuviera autoconciencia de sí mismo, como los humanos, sus sentimientos serían como se interpreta a sí mismo. También el mar puede sentirse inestable o furioso, con mal de fondo y calma aparente, o sereno, acariciando la arena y lamiendo las rocas suavemente.

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