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Vacunas Covid-19: ¿cómo actúan y en qué se diferencia cada tipo de vacuna? 
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ASÍ FUNCIONAN LAS DISPONIBLES HASTA AHORA

Vacunas Covid-19: ¿cómo actúan y en qué se diferencia cada tipo de vacuna? 

Actualizado 16/04/2021

Cuando se administra una vacuna, el organismo genera defensas conocidas como anticuerpos

Las vacunas hacen que el sistema inmunológico de una persona pueda reconocer y defenderse contra una determinada enfermedad. A día de hoy, a nivel mundial, se están desarrollando más de 200 candidatas a vacunas diferentes frente a la Covid-19, utilizando distintas tecnologías. Pero, ¿cómo funciona una vacuna? Así lo explican desde el Ministerio de Sanidad.

Cuando se administra una vacuna, el organismo genera defensas conocidas como anticuerpos. Los anticuerpos reconocen las sustancias que no son propias del organismo (conocidas como antígenos), se unen a ellas y las neutralizan. Las vacunas tradicionales se basan en administrar el virus debilitado o inactivado contra el que se quiere luchar. El objetivo es que nuestro organismo genere anticuerpos que lo bloqueen.

Las nuevas vacunas hacen que nuestras defensas actúen contra una proteína del virus llamada proteína S, clave para que este se una a la célula humana.

Las vacunas desarrolladas frente a la Covid-19 de tres tipos

ARN mensajero: BioNTech/ Pfizer, Moderna y CureVac. En este caso, lo que se introduce en el organismo son nanopartículas lipídicas. El ARN mensajero incluye instrucciones para que nuestras propias células fabriquen proteínas S.

Vectores víricos: AstraZeneca/Univ. Oxford, Janssen/J&J. En este caso, se introduce un virus diferente al coronavirus. Parte del ADN en el interior de este virus inofensivo se convertirá dentro de nuestra célula en muchas copias de ARN, y que contiene las instrucciones para que nuestras células fabriquen proteínas S.

Basadas en proteínas: Novavax y Sanofi. Lo que se introduce en el organismo son fragmentos de proteína S y otros componentes del virus.

En todos los casos, nuestro sistema inmune reconoce que esta proteína (proteína S) no debería estar en nuestro cuerpo y produce anticuerpos y linfocitos T, que impiden al virus continuar su camino.