Fármacos comunes, que tomamos sin leer el prospecto, con más efectos secundarios que la vacuna de ...

Las noticias aparecidas sobre los efectos secundarios que puede provocar la vacuna de AstraZeneca han generado una ola de desconfianza, pese a que estos efectos, atendiendo a los datos de las autoridades científicas y sanitarias, son muy poco frecuentes. Cambiar de nombre a la vacuna, y la insistencia de la EMA (siglas en inglés de la Agencia Europea del Medicamento) sobre la seguridad y eficacia de la vacuna, no ha servido para mitigar un cierto recelo. Los datos son contundentes, y un argumento de peso para no desconfiar de una de las vacunas que nos han de ayudar a acabar con la pandemia de la Covid-19.

Además, no debemos olvidar que todos los medicamentos tienen efectos secundarios, y solo con un repaso a los fármacos más habituales, y que suelen estar en cualquier botiquín casero, nos daremos cuenta de que tomar un ibuprofeno puede ser más arriesgado para la salud que vacunarse con AstraZeneca. Ni que decir tiene que el riesgo de trombos con esta vacuna es mucho menor al riesgo de trombosis en caso de contagio por Covid-19 (un 5% en caso de hospitalización y un hasta un 25% en pacientes ingresados en UCI, según datos de la Sociedad Españolal de Trombosis y Hemostasia.

En el caso de la vacuna de AstraZeneca, atendiendo la ficha técnica actualizada por la EMA, los efectos secundarios más comunes (y que suelen ser leves y pasajeros) se incluyen dolor en la zona del pinchazo, fatiga, dolor muscular y fiebre. Además, puede registrar entre 1 y 4 casos de trombosis por cada millón de vacunados (es decir, entre un 0,0001 y 0,0004%). Un porcentaje mucho menor que si tomamos heparina (anticoagulante), cuyo riesgo de trombosis puede ser de un 1% por cada cien pacientes.

Efectos secundarios medicamentos comunes

Basta leer el prospecto de un medicamento tan común como el ibuprofeno para darnos cuenta de que no debemos tomarlo a la ligera. Y es que este fármaco incluye una larga lista de posibles efectos secundarios, desde úlceras pépticas, a náuseas, vómitos, diarrea, dolor abdominal, sangre en heces, aftas bucales, empeoramiento de colitis ulcerosa y enfermedad de Crohn. Tomar ibuprofeno puede asociarse con un moderado aumento de riesgo de sufrir un infarto de miocardio o cerebral.

Por su parte, el paracetamol tampoco se queda atrás en cuestión de posibles efectos secundarios, incluyendo bajada de la tensión arterial, enfermedades del riñón, reacciones cutáneas graves o dermatitis, entre otras.

Otro medicamento habitual en el botiquín de casa es la aspirina, y en este caso, entre los efectos secundarios se incluyen úlcera de estómago, úlcera de intestino, dolor del abdomen, digestión pesada, ardor, molestias gástricas, dificultad para respirar, congestión nasal y rinitis, erupciones cutáneas o picor, entre otros.