Así lo solicita el sindicato policial Jupal que denuncia además la "falta de herramientas necesarias para poder combatir esta crisis sanitaria"
El sindicato Jupol ha denunciado "la falta de herramientas necesarias para poder combatir esta crisis sanitaria", en relación con los procedimientos de los agentes ante el control de las fiestas ilegales, y ha pedido "considerar este tipo de fiestas como un delito contra la salud pública", para poder intervenir sin problemas en estos casos.
El portavoz de Jupol, Pablo Pérez, ha explicado en declaraciones a Europa Press Televisión, que durante esta pandemia se ha realizado diferentes "cambios legislativos para poder combatir esta crisis", por lo que entiende que este cambio de tipificación sería "uno de los cambios fundamentales" en el momento actual.
"Necesitamos una herramienta clara, con órdenes taxativas de cómo intervenir en este tipo de hechos y es importantísimo que este tipo de fiestas se consideren como un delito contra la salud pública y, de esta forma, sí que se podría intervenir de manera clara y sin ningún tipo de problema", ha aseverado.
Tras la polémica creada por la intervención policial en la que los agentes entran por el método llamado de la 'patada en la puerta' en un domicilio donde se celebraba una fiesta ilegal en Madrid, Pérez ha defendido la actuación policial, aunque ha matizado que "falta conocer todos los datos" y "tendrá que decidir un juez" sobre dicha intervención. No obstante, el portavoz de Jupol ha argumentado que sus compañeros, en el caso de la intervención en cuestión, "entienden que la actuación realizada es la más correcta y que se atiene a derecho".
"Tienen escasos minutos para valorar todas las variables y habiéndose cometido ese delito de desobediencia y resistencia, más las declaraciones de los vecinos que llevaban tres días sin dormir, entienden que esa es la intervención correcta", ha detallado.
Sin poder entrar en un domicilio ante esas circunstancias o sin el cambio normativo al que apunta Jupol, el sindicato cree que "cualquier persona podría realizar cualquier fiesta en su domicilio negándose a abrir la puerta y a identificarse y no tendría ningún tipo de repercusión".
"Nos sentimos desprotegidos, sin las herramientas necesarias y abandonados a los pies de los caballos, dado que esas órdenes que se dan muchas veces son contrarias y al final nuestros compañeros en la calle lo que tienen son dudas a la hora de intervenir", ha denunciado.