Ana María Rodas leyendo sus versos en la Cumbre Poética Iberoamericana (Salamanca, 2005. Foto de Jacqueline Alencar)
Tuve una profunda satisfacción cuando, hace unas semanas, Irene Piedra Santa, directora de la editorial y librerías Piedra Santa, me invitó a participar en el homenaje que se le tributaría a mi buena amiga (y admirada poeta) Ana María Rodas. Que sea en su país y organizado por los suyos, es algo que anhela cualquier poeta (profeta, quiero decir).
El día ha llegado. Y hoy, a las 17:00 h. (de Guatemala; siete horas más en España), estaremos acompañándola Erich Hackl, traductor al alemán; Mónica Albizúrez, doctora en Literatura Latinoamérica, residente en Alemania; Victor Oliveira Mateus, poeta destacado y traductor al portugués; Francisco de Asís Fernández, poeta nicaragüense, director del Festival internacional de poesía de Granada; Adolfo Méndez Vides, escritor guatemalteco, y este peruano-salmantino que firma la nota.
Homenaje a Ana Maria Rodas (Enlace directo)
https://www.youtube.com/watch?
Ahí estaremos. Ayer mismo se publicó una amplia entrevista a la poeta, realizada por la periodista Ana Lucía Mendizábal Ruiz para El Periódico, donde se refiere al inicio de nuestra amistad, la cual perdura en el tiempo: "En 2005, Alfredo Pérez Alencart, un destacado poeta peruano-español, profesor de la Universidad de Salamanca, me invitó al Festival de Poesía que la Municipalidad de la ciudad realiza anualmente. Tampoco lo conocía, pero de alguna manera le había llegado mi trabajo. Y representé a Guatemala en aquel festival. No pasan semanas sin que reciba noticias de lo que Pérez Alencart va trabajando".
En mi breve intervención no abundaré en la trascendencia de la obra poética de Ana María, máxime la referida a la que tiene a la mujer como detentadora de todos los derechos sobre su cuerpo y sus deseos. Y aunque en 2005 la poesía centroamericana era poco conocida, salvo dos o tres nombres que se repetían hasta la saciedad, ella vino amparada por su excelente obra lírica, especialmente por el tono erótico y emancipador de la mujer, algo que logro imprimir en su libro 'Poemas de la izquierda erótica' (1973), una referencia ineludible. Tampoco hablaré de la vertiente telúrica de sus versos, algo que me atrae, más aún cuando ha escrito dos hermosos poemas dedicados a Salamanca. Pero dejaré esa faceta mi querido amigo, el poeta portugués Victor Oliveira Mateus, quien la tradujo al idioma de Camoens.
Sí diré algunas palabras en torno a su faceta social, una parte de su lírica poco conocida (y/o silenciada). Y leeré su poema "Desacuerdo", a modo de homenaje. Mi voz adentrándose en el corazón de su palabra.
Antología salmantina donde se incluye el poema "Desacuerdo"
DESACUERDO
No me hablen de nada.
Esta noche no estoy para palabras
ni discursos
sobre los acuerdos de paz en ningún lado
Qué paz acordaron en mi nombre?
Quién les dio el permiso para hacerlo?
Ninguno de esta lista interminable
que llevo entre las manos
dijo
adelante firmen ese convenio.
A mí no me pidieron opinión cuando los grandes
decidieron que una guerra
si se enfriaba
podía jugarse mejor en patio ajeno
Soltaron su veneno
se sentaron a contar ganancias
y a competir por escupir la Luna
Mientras tanto
aquí como si nada se acumularon muertos
y desaparecidos
y exiliados y odios
Cuarenta años duró el juego.
A mí no me fue mal aún estoy viva
Pero esta lista que me hace llorar cuando la leo
es la factura final de aquel convenio
No me vengan con sellos a estampar un cancelado
Aquí no se cancelan los afectos
ni los llantos ni la sangre derramada
ni la memoria de los muertos
Portada de la antología coordinada por Victor Oliveira Mateus, donde se incluye el poema de Ana María Rodas
Respecto al poema que hoy Victor Oliveira Mateus leerá en portugués, recordar un correo fechado el 6 de julio de 2016, donde la notable poeta guatemalteca me escribía lo siguiente: "Querido Alfredo: Hace un par de días me pidieron un poema sobre Salamanca. Como resultado de mi visita a Salamanca hace algunos años, escribí varios poemas. Te mando dos, que me gustaría evaluaras. Personalmente prefiero el primero. Me salió de un tirón en aquellos días...". Quien le había pedido el poema era Victor Oliveira Mateus, excelente poeta y traductor portugués, buen amigo de Salamanca y de sus Encuentros de Poetas Iberoamericanos. Luego tradujo "Un arco en Salamanca" y lo publicó, de forma bilingüe, en la antología "Salamanca, Raíz de piedra y Letras".
A principios de 2020 recibí otro correo de mi admirada Ana María Rodas, donde afirma su voluntad de dedicarme dicho poema: "Querido poeta, para mí sería un honor muy grande que mi poema 'Un arco en Salamanca' aparezca dedicado a ti en cualquier publicación. Entonces así habría una oportunidad de hacer público el afecto y agradecimiento que te tengo. Un abrazo cargado de cariño".
Ana María Rodas, Alfredo Pérez Alencart y Julieta Dobles (Salamanca, 2005. Foto de Jacqueline Alencar)
UN ARCO EN SALAMANCA
Para Alfredo Pérez Alencart
Recostada sobre un arco de los que abrigan esta Plaza Mayor
/son parte esencial de ella/
advierto cómo poco a poco las luces van menguando
en silencio
Ese silencio que se abate sobre mí junto al frío de la noche
y transforma
este lugar que de día fue colmena
en un silencio dulce que aumenta a medida
que la luz artificial desaparece
y le da paso a la Luna creciente
delgada y tierna
como naciente uña de virgen
Horas atrás bajo el sol
las cuadradas piedras del patio de la Plaza Mayor
zumbaban en sonido coral
A la escuálida luz que se va escurriendo entre la nada
echo un vistazo a mi piel de mestiza americana
y recuerdo
la mañana
La estancia resonaba con palabras
/rozaron la piel encrespada del Atlántico/
vuelo de pájaros inmensos
susurros
premoniciones
que chocaron suavemente con la playa en la Península
Una orgía de palabras
Dejo la Plaza Mayor
me escurro
por una calle aún más oscura
alzo los ojos y muerdo las estrellas
las devoro con pasión
y camino sorbiendo los delicados jugos de la Luna
Veo hacia atrás y allí espera
fiel
poderoso
con la fuerza que le dieron los siglos
el arco de la plaza aquel a cuyo pie esparcí
mi amor por Salamanca
Ana María Rodas leyendo sus poemas en el Salón de Recepciones del Ayuntamiento (foto de Jacqueline Alencar)
UM ARCO EM SALAMANCA
Para Alfredo Pérez Alencart
Encostada a um dos arcos que protegem esta Plaza Mayor
/que dela são parte essencial/
observo como pouco a pouco as luzes vão esmorecendo
em silêncio
Esse silêncio que sobre mim se abate com o frio da noite
e transforma
este lugar que de dia foi colmeia
num silêncio doce que aumenta à medida
que a luz artificial desaparece
e dá lugar a uma Lua que se afirma
delicada e terna
como virginal unha a despontar
Horas atrás sob o sol
as quadradas pedras do pátio da Plaza Mayor
sussurravam como afinado coro
Na esquálida luz que vai escorrendo pelo vazio
deito um olhar à minha pele de mestiça americana
e recordo
o amanhecer
A estância ressoava com palavras
/roçaram a pele encrespada do Atlântico/
voo de pássaros enormes
sussurros
premonições
que suavemente embateram na praia da Península
Uma orgia de palavras
Deixo a Plaza Mayor
deslizo
por uma rua ainda mais escura
levanto os olhos e mordo as estrelas
devoro-as com paixão
e caminho sorvendo os delicados sucos da Lua
Olho para trás e ali se mantém esperando
fiel
poderoso
com a força que lhe deram os séculos
o arco da Plaza aquele ao pé do qual plantei
o meu amor por Salamanca
Tradução de Victor Oliveira Mateus
Victor Oliveira Mateus y Alfredo Pérez Alencart en el Teatro Liceo de Salamanca (foto de Jacqueline Alencar)
Ana María Rodas (Ciudad de Guatemala, 1937). Inició su carrera poética con la publicación de 'Poemas de la izquierda erótica' (1973), seguida de 'Cuatro esquinas del juego de una muñeca' (1975), 'El fin de los mitos y los sueños' (1984), 'La insurrección de Mariana' (1993), 'Recuento' (1998) y 'Esta desnuda playa' (2015), entre otros. Ha sido distinguida con importantes galardones, entre los que se cuentan: Premio Nacional de Literatura "Miguel Ángel Asturias" (2000), el Premio "Libertad de Prensa" (1974), otorgado por la Asociación de periodistas de Guatemala y el Primer Premio de Poesía en el Certamen de Juegos Florales México, Centroamérica y el Caribe (1990). Fue Ministra de Cultura de su país. Su poesía ha sido traducida al alemán, inglés, italiano y portugués. También es autora de libros de narrativa y entrevistas.
Jacqueline Alencar (Bolivia), César López (Cuba), A. P. Alencart (Perú-España), Ana María Rodas (Guatemala), Antonio Colinas (España) y Ana Ilce Gómez (Nicaragua)
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