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Usar la mascarilla: un pequeño gesto que puede salvar innumerables vidas
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Mascarillas FFP2 homologadas

Usar la mascarilla: un pequeño gesto que puede salvar innumerables vidas

Actualizado 21/03/2021
Juan Antonio Fonseca Serrano

Mascarillas mal puestas, con la nariz por fuera, mal sujetadas o incluso mascarillas que se usan sin haber sido homologadas y, por lo tanto, no garantizan protección alguna frente a contagios

72.570 personas. Esa es la cifra oficial de fallecidos a causa del COVID desde que la pandemia empezó a adentrarse en España. Una cifra que, por supuesto, podría haberse reducido de muchas formas diferentes, aunque la llegada de esta enfermedad ha pillado por sorpresa a prácticamente el mundo entero. Una cifra contra la que todos podemos combatir. ¿Cómo? Usando la mascarilla.

Es cierto que cada vez hay más concienciación sobre el uso de las mascarillas, pero siguen existiendo sectores que son reacios a utilizarlas. Personas que las consideran "bozales" o métodos de represión con los que alguna entidad suprema trata de subyugar al pueblo. Argumentos que solo están consiguiendo que los contagios aumenten y que la polémica y los choques aumenten entre la población. Porque sí, es necesario llevar mascarilla.

Por qué es tan importante usar mascarilla en tiempos de COVID

La mejor forma de explicarlo es a través de las cifras. Se ha demostrado que el COVID se puede transmitir por vía aérea, de ahí que se hayan reforzado las medidas de aforo en lugares cerrados, reducido la cantidad de personas que pueden reunirse, establecido distancias de seguridad y, por supuesto, obligado al uso de mascarillas en las calles.

¿Por qué incidir en esta vía de transmisión? Porque, sin mascarilla y sin ventilación, la probabilidad de transmisión de la enfermedad es del 100%. Solo baja un 25% en el caso de que haya ventilación. Es un riesgo muy elevado y que se reduce enormemente usando este accesorio que ya incluso se está adecuando a las tendencias de moda. El sector ya piensa incluso en las personas más coquetas, por eso puedes comprar mascarillas FFP2 negras homologadas o incluso con estampados.

Pero volvamos a los números. En el caso de que las personas de una habitación lleven mascarilla, y no haya ventilación, la probabilidad de contagio es tan solo del 25%. Si ya se suma la ventilación, el riesgo automáticamente se anula. La posibilidad de contagiarse es inexistente, demostrando que, en efecto, es el utensilio idóneo si realmente no quieres contagiarte o, directamente, no quieres contagiar a los tuyos en caso de reunión.

Una idea que no está calando por igual en todos los sectores de la población, a pesar de que cuente con la demostración y aprobación de diferentes instituciones y entidades médicas que han realizado toda clase de estudios al respecto. Las mascarillas son la vía más económica y segura de evitar que la pandemia se propague más todavía, de evitar que alquien a quien queremos sufra por culpa de esta enfermedad.

La combinación de distancia+mascarilla+higiene de manos es lo que más seguridad te puede otorgar en el día a día, lo que realmente puede evitar que alguien cercano a ti, alguien importante, se contagie de esta enfermedad que acecha en todas partes. Porque, aunque avancemos y se reduzcan los contagios, la precaución se debe seguir extremando y hay que cuidarse al máximo para que se pueda derrotar a esta enfermedad que está por todas partes todavía.

¿Qué pasa con la población más joven?

Sin duda, una de las polémicas más grandes en torno a la pandemia y las mascarillas. ¿Por qué los jóvenes son los más reacios a llevarla puesta? Ya en verano de 2020 se vislumbraba el problema y, aunque la situación ha mejorado, es precisamente la población joven la que se muestra menos proclive a llevarla en las calles. Ellos, y también ciertos sectores de la población de más avanzada edad.

Mascarillas mal puestas, con la nariz por fuera, mal sujetadas o incluso mascarillas que se usan sin haber sido homologadas y, por lo tanto, no garantizan protección alguna frente a contagios. Mil formas de no cumplir con lo que dicta la normativa de sanidad, mil formas de correr riesgos innecesarios y de poner en un riesgo innecesario a terceros. Como decíamos al comienzo, hay grupos de personas que rechazan por todos los medios acatar esta normativa, aunque sea algo que nos ataña a todos.

Durante el pasado año, dos expertos en Matemáticas y Biología decidieron lanzar una encuesta para entender el porqué de este rechazo a la mascarilla entre los más jóvenes del país. Un formulario de 27 preguntas destinado a personas de entre 14 y 24 años para descubrir los motivos. Entre ellos, el más importante e impactante es la baja percepción de riesgo que hay sobre la pandemia. Muchos de los encuestados respondieron que, quizá, se le estaba dando a la enfermedad más relevancia que la que tenía.

La concienciación ha aumentado mucho desde entonces, de hecho, la llegada de una segunda y tercera ola de contagios ha dejado claro que el coronavirus no es precisamente algo carente de riesgo. En ese sentido, sigue sorprendiendo que haya partes de la población joven que se niegan a seguir esta medida de seguridad. Algunos lo atañen al deseo de libertad, al afán por romper con las normas, a pequeños actos de rebeldía que, en realidad, se acaban convirtiendo en actos de pura irresponsabilidad.

Cada vez más conscientes

Aun así, también sorprende el auge de jóvenes que se responsabilizan y defienden el uso de la mascarilla para evitar el avance de la pandemia. De hecho, actualmente se pueden encontrar otros márgenes de edad en la población que son más reacios todavía al uso de la mascarilla. Siguen existiendo personas que consideran que esto no hace falta y que, en realidad, hay algún tipo de conspiración tras todo lo que tiene que ver con el coronavirus.

Los tiempos van cambiando, la concienciación aumenta y, poco a poco, logramos frenar el COVID. Queda tiempo hasta que volvamos a la normalidad, pero, afortunadamente la responsabilidad va creciendo y las medidas van surtiendo efecto. La siguiente parada son las vacunaciones que poco a poco se están llevando a cabo, la meta es volver a disfrutar de unas calles libres de virus y con total tranquilidad.

Mientras tanto, el mensaje debe seguir presente: la mascarilla es obligatoria y necesaria. Con ella, entre todos podemos evitar que esto se prolongue más.