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Moncho Campos: “En el Teléfono de la Esperanza acogemos y escuchamos”   
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LA LABOR DE ESCUCHA ACTIVA

Moncho Campos: “En el Teléfono de la Esperanza acogemos y escuchamos”   

Actualizado 20/02/2021
Redacción

"Hay un caudal de valores humanos en los voluntarios, en la actitud de ayuda, en esa predisposición que de valorar a la persona, de escucharla, de no juzgarla"

"Nosotros acogemos y escuchamos". Así, con estas palabras, se puede resumir la destacable labor que realiza el Teléfono de la Esperanza, y del que Salamanca es una de las 29 líneas de Teléfonos provinciales a través de las que se pueden compartir las dificultades emocionales que podamos estar viviendo. Ninguna llamada al Teléfono de la Esperanza se queda en espera, porque si en un momento determinado una provincia no dispone de ningún voluntario al otro lado de la línea, la llamada salta a otra.

"Hay un caudal de valores humanos en los voluntarios, en la actitud de ayuda, en esa predisposición que tenemos, basándonos en la psicología humanística, de valorar a la persona, de escucharla, de no juzgarla". Nosotros acogemos y escuchamos, animamos a que sea la persona la que encuentre la salida con sus propios recursos", explica Moncho Campos, miembro del equipo coordinador de formación en el Teléfono de la Esperanza.

El Téfono de la Esperanza es una entidad de voluntariado pionera en la promoción de la salud emocional y, especialmente, de las personas en situación de crisis individual, familiar o psicosocial. Este 2021 cumple 50 años desde su puesta en marcha en España. "Lo que hace falta es que en Salamanca que llevamos a 17 años lleguemos también a los 50", asegura.

Fue hace ya medio siglo cuando Serafín Madrid, fraile de la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios y fundador del Teléfono de la Esperanza, "allí en Sevilla en octubre del año 1971, se dio cuenta de la importancia que empezaba a tener el teléfono como medio de comunicación". Ahora "estamos extendidos en 29 sedes en España, en Europa y en Centroamérica".

Campos relata además lo que escribió fray Serafín Madrid en la primera página de su agenda: "Dios me pregunta cada mañana por los que sufren, por los que están solos, por los que no encuentran razones válidas para seguir viviendo. Conociendo el sufrimiento de estas vidas rotas no tengo más remedio que intentar prestarles ayuda".