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“La sociedad no lucha por la inclusión de las personas que padecen Asperger, por eso, la tasa de ...
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Asociación Síndrome de Asperger de Salamanca

“La sociedad no lucha por la inclusión de las personas que padecen Asperger, por eso, la tasa de ...

Actualizado 18/02/2021
Lydia González González

José Manuel Bermejo, trabajador social pide a las administraciones "que reconozcan la discapacidad social porque, de lo contrario, se están vulnerando muchos derechos"

Con motivo del Día Mundial del Síndrome de Asperger, que se celebra este jueves, recordamos que se trata de un trastorno del neuro-desarrollo enmarcado dentro del espectro del autismo. "Algunas de las principales dificultades que se aprecian en estas personas son los intereses restringidos, la comunicación, la comprensión del mundo social o el problema de establecer relaciones sociales, entre otros", explican desde la Asociación Síndrome de Asperger de Salamanca.

Antes de diagnosticar esta problemática, los especialistas necesitan recabar información y pruebas del entorno, teniendo en cuenta que cada persona es diferente y su forma de expresarse también lo es. "No es solo identificar qué están sintiendo o en qué se tienen que fijar sino cómo darle respuesta", apunta a SALAMANCA AL DÍA la psicóloga Lorena Alonso.

El problema es que "la sociedad no lucha por la inclusión de las personas que padecen Asperger, por eso, la tasa de desempleo es del 75%", lamenta José Manuel Bermejo, trabajador social de la Asociación. Por eso, lanza un mensaje a las administraciones "para que reconozcan la discapacidad social porque, de lo contrario, se están vulnerando muchos derechos. Hago un llamamiento para que se tenga en cuenta con apoyos, además, para el certificado de discapacidad no se están considerando las dificultades sociales".

Situación por la pandemia

Otro de los problemas es que la pandemia "ha dejado al desnudo las deficiencias de la enseñanza online y la dificultad del acceso laboral para estas personas". En realidad estas crisis sanitaria se ha convertido en un arma de doble filo y, es que, las exigencias sociales se han visto reducidas para controlar la propagación del virus "y algunos chicos se han podido relajar en este sentido bajando su ansiedad, pero, por otro lado, estamos viendo que algunas pautas no se pueden llevar a cabo, hemos perdido muchas cosas y muchas cosas que necesitamos poner en práctica no son posibles" añade.

Tras el confinamiento y viendo reducido su núcleo social, las personas con Asperger han tenido que volver a "obligarse" a relacionarse y, además, la mascarilla se ha convertido en un escudo difícil de atravesar y que dificulta aún más su interacción, además de que la enseñanza online ha afectado negativamente por la desestructuración que para ellos supone. Laura Rodríguez, otra de las psicólogas de Asperger, explica que "los chicos necesitan anticipación constante, saber qué va a ocurrir y generar rutinas y contextos para su desarrollo y adaptación social. La nueva realidad es tolerar la incertidumbre y adaptarse a las nuevas situaciones en un margen de tiempo muy corto y ni la sociedad, ni el entorno educativo, lo pueden dar por la situación actual en la que estamos. No es tanto el confinamiento de tres meses, sino la incertidumbre de qué viene luego y la readaptación a lo que ya habían ido aprendiendo".

Por otro lado, todos los profesionales coinciden en que sus chicos pueden definirse como "personas honestas, leales, transparentes, y héroes de las causas justas, personas que se involucran, se ayudan, entregadas y pendientes de los detalles". "Es verdad que en general somos hiper sociables pero ellos tienen esa capacidad de ser objetivos y lo ven sin esa presión social," añade Lorena Alonso.

Cerca de 60 personas con síndrome de Asperger

La Asociación Síndrome de Asperger de Salamanca trabaja diariamente para ayudar a sus 58 asociados (50 hombres y 8 mujeres), con tareas dirigidas a involucrar a estas personas en el mundo social. Desde el primer momento se realiza la atención a familias con sospecha de TEA y diferentes servicios para sus diagnosticados, como talleres de habilidades sociales en el que los participantes, de 5 a 42 años de edad, "empiezan a iniciar la conversación, trabajando las habilidades sociales y comunicativas y convirtiéndose en un lugar de sociabilización, a parte de los colegios para los más pequeños".

Además, realizan formación para padres, talleres de hermanos, ocio y tiempo libre, vacaciones y campamentos, talleres de orientación laboral, jornadas de concienciación y sensibilización o tutores y orientadores en centros escolares, entre otros.