Hasta marzo de 2019 en Sierra Leona estaba prohibido que las chicas embarazadas asistieran a clase
Daniel Cebrián López
Defensor de los Derechos Humanos
Isata Dabeni es una chica de tan sólo 12 años de Sierra Leona que se ha visto forzada a casarse, obligada por todo su entorno e incluso por su familia. La unión viene recomendada por su tío, ya que el futuro marido es un profesor y por lo tanto puede proveer económicamente a la joven. Se trata de una familia con bajos recursos, por lo que vieron en la boda una solución para salir de esa situación social, cosa que no pasó, ya que ella siguió trabajando en el campo e incluso fue madre a los 14 años, y el cuidado del hijo le impidió progresar en sus estudios.
El caso de Isata no es un caso aislado; alrededor de 12 millones de niñas de todo el mundo se ven forzadas a casarse. Sierra Leona se posiciona en el número 18 en la lista de países con mayor prevalencia de matrimonio infantil. Según UNICEF el 39% de las adolescentes en el país lo hace antes de los 18 años y el 13% antes de los 15. El común denominador de estas chicas es la edad, el verse forzadas a casarse, y el tener que dejar los estudios para dedicar su vida a su marido y los hijos que tienen con edades realmente tempranas.
Gracias a proyectos como The Right to be a Girl, de Save the Children, se está tratando de promover un retorno a las aulas de las jóvenes casadas, dándoles la posibilidad de retomar los estudios. Además, les dan la posibilidad de asistir a cursos formativos de costura y radio para aumentar sus posibilidades de encontrar empleo fuera de las condiciones precarias en las que se encuentran. En la actualidad participan un total de 457 adolescentes, cifra que se pretende aumentar, ya que el impacto que están generando en poblaciones como Puejhun es considerable, y tiene intención de desarrollarse a nivel global para llegar a abolir este tipo de sucesos. Además de promover soluciones para las adolescentes, lo que se busca de manera proactiva es concienciar al entorno, es decir, a las familias, comunidad y líderes religiosos que representan una gran parte de la influencia en la cultura. En el momento que el tema se sienta como importante y ellas sean respetadas, será un inicio para el fin de estas prácticas.
Tras la epidemia que generó el ébola, especialmente en Sierra Leona, muchas de las adolescentes se vieron en una situación crítica. Las escuelas tuvieron que cerrar para parar el desarrollo de la enfermedad, muchas de las jóvenes quedaron huérfanas, ya que los padres en situaciones precarias fueron atacados de forma grave por el virus. Desde ese momento la cantidad de embarazos aumentó alrededor de un 65%. Al verse embarazadas, tuvieron la necesidad de casarse para evitar el estigma social de ser madres solteras. Probablemente fueron violadas o utilizadas, y además de eso para evitar ser mal vistas en la sociedad tuvieron que casarse. En nuestro país parecería algo inimaginable, pero es una realidad que afecta a una gran población mundial. Después de la gran pandemia, en 2018 el gobierno promovió leyes a favor de la protección de estas menores. Se adhirieron más de 120 comunidades, hecho que muestra la necesidad y la importancia de resolver esta problemática.
Tras el impacto que ha generado el Covid-19, se prevé un aumento de alrededor de medio millón de jóvenes que van a verse forzadas a establecer matrimonios. El motivo es el descenso del nivel socioeconómico, que hace que las personas se vean con cada vez menos recursos para subsistir y tengan que llegar a soluciones extremas. Supone un gran retroceso de todo lo logrado; según la OMS, las cifras se ven reflejadas como si hubieran retrocedido 25 años atrás.
Desde UNICEF se promueve la idea de que las mujeres jóvenes puedan volver a la escuela en cuanto todo vuelva a la normalidad, ya que hasta marzo de 2019 estaba prohibido que las chicas embarazadas asistieran a clase. La joven Isata se siente empoderada y con ganas de transmitir su experiencia, para que esta sea valorada y repercuta en la sociedad; afirma que es de primordial necesidad que no se permita la unión entre personas tan jóvenes, ya que elimina cualquier posibilidad de encaminar un futuro y mejorar la expectativa de vida de presentes y futuras generaciones.
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