"A la hora de dar las licencias te ponen muchos inconvenientes. Se te quitan las ganas de emprender"
El lunes, día de mercado de ganados, el recinto ferial de Salamanca recibe la visita de personas normalmente implicadas en la compra y venta de las reses que se exhiben en este espacio. Alberto González que se encontraba este lunes entre dichos visitantes accede amablemente a responder la siguiente entrevista:
¿Es usted ganadero o tratante?
Soy ganadero, con explotación de vacuno de carne y vacuno de lidia en Vecinos, de momento por libre para ver como evoluciona, llevo en el mundo del ganado cinco años más o menos. Tengo ganado limusin, berrendo en colorado y ganado de lidia.
¿Cómo está afectando el coronavirus?
Está todo un poco parado. A parte de ganadería, también tengo agricultura y está todo un poco parado pero hay que aguantar. Lo que hace falta en el campo es relevo generacional.
¿Qué le trae al mercado de ganados?
Vengo a ver cómo está el mercado. Aquí hablas con la gente y te puedes enterar un poco. No vengo con intención de comprar, aunque soy más vendedor.
¿Qué suele vender?
Becerros al destete con seis meses aproximadamente.
¿Cuándo lo llaman al destete?
Aproximadamente a los seis meses, más o menos, que es cuando está el becerro rematado, con 220 kilos aproximadamente. Es cuando sale de la explotación.
¿Es esta su su actividad principal?
Soy ingeniero, hago proyectos y luego mi explotación ganadera y agrícola. Hay que hacer de todo, hay que diversificar la explotación.
¿Qué mira quién va a comprar este tipo de animales?
Lo que más van buscando es que tengan hechura, que tengan culo, que sean redonditos por atrás, que vayan a coger kilos. Al final lo que interesa es que coja kilos, que tengan hechura. Entonces lo suyo es que tengan 6 meses y superen los 200 kilos. Es lo que requiere el mercado ahora mismo.
¿Cuál es el mejor momento para la venta de este tipo de animales?
Al final, realmente aquí dependemos mucho de la exportación. Te puedo decir, no hay un mes que sea, es que este mes valen mucho los becerros. Este año el coronavirus está afectando mucho, porque obviamente la hostelería está cerrada. No hay tirón de nada y todo esto es una cadena. El campo va muy ligado a la hostelería, en el momento en que la hostelería está cerrada el campo se muere. Al final estamos todos muertos porque no hay consumo. Los jamones, los huevos, la leche, todo está parado porque no hay tirón de la hostelería. Habrá que aguantar como se pueda. A parte, la gente en el campo cada vez es más mayor, tiene menos ganas de hacer, de innovar. Entonces el campo se va muriendo poco a poco. Como no den ayudas, no den algo, el campo se va muriendo poco a poco.
¿Cómo valora el apoyo de la Administración o qué apoyo tienen?
Actualmente hay ayudas a jóvenes agricultores. Este año me parece que se ha incrementado la partida para jóvenes agricultores y jóvenes ganaderos pero es poco dinero al final porque el problema que tenemos es que la gente mayor no facilita el relevo generacional. Ahora mismo para hacer una explotación té hacen falta, mínimo casi 600.000 euros, para poder empezar con maquinaria y con tierras. Solo en tierras, para hacer una explotación que sea viable tienes que tener cien hectáreas. A 6.000 euros que valga cada hectárea, ya son 600.000 euros, más luego equiparla. Entre maquinaria y todo al final es un dinero. No todo el mundo puede. Ahora mismo el campo está para gente que se lo dejan casi en herencia, qué es cómo pueden continuar, si no es complicado empezar. Una persona joven lo tiene difícil. Harían falta más ayudas, más apoyo administrativo y menos trabas burocráticas. Es una cosa fundamental. A la hora de dar las licencias te ponen muchos inconvenientes. Se te quitan las ganas de emprender.
En tu caso, que eres ingeniero agrícola. Imagino que tu formación ayuda mucho a emprender en este sector.
El saber no ocupa lugar. Ya partes de una base. Además he tenido la suerte de que mi abuelo es ganadero y mi padre agricultor. Al final cojo las dos ramas y hago una carrera. Unificas tu sapiencia. Puedo decir, tiro por aquí o tiro por allí. Yo estaba trabajando en una empresa, lo he dejado y me he ido al campo. Tengo la empresa montada. Si tuviera que empezar de cero sería absolutamente inviable.
¿Antes se dedicaba al tema del campo?
He trabajado en una consultoría ambiental y hacía trabajos de Sistemas de Gestión de Calidad. Al final, como trabajar para uno mismo no hay nada. El campo tiene que gustar porque es muy sacrificado, de hecho, llevamos un invierno que ha sido catastrófico, entre hielos, luego ahora agua...
¿Merece la pena?
A mi sí porque me gusta, y yo no parto de cero, parto de una base. Si tuviera que empezar de cero a lo mejor no merecía la pena. Estás en una empresa con un sueldo fijo como quien dice. En otro caso, vas a otro sector desconocido y no sabes si vas a cobrar o no, si vas a sacar un rendimiento o no. Por ejemplo, soy productor de patatas. En las patas se ha perdido mucho dinero también este año, porque no han valido ya que está cerrada la hostelería.