Martes, 23 de abril de 2024
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Suspendidas las procesiones de la Semana Santa de Ávila y las manifestaciones de culto en la calle
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Así lo ha anunciado El obispo de Ávila, Jesús Gil Tamayo

Suspendidas las procesiones de la Semana Santa de Ávila y las manifestaciones de culto en la calle

Actualizado 04/02/2021
EP

El Decreto recuerda que la Semana Santa en sí no se suprime (las celebraciones litúrgicas se desarrollarán en los templos con las debidas limitaciones de aforo)

El obispo de Ávila, Jesús Gil Tamayo, ha firmado un Decreto Episcopal por el que se suspenden los actos y manifestaciones de culto organizados por parroquias, hermandades, cofradías y asociaciones de fieles en la vía pública durante la Cuaresma y la Semana Santa.

El Decreto recuerda que la Semana Santa en sí no se suprime (las celebraciones litúrgicas se desarrollarán en los templos con las debidas limitaciones de aforo), sino que se suspenden únicamente las procesiones y actos que se desarrollan habitualmente en espacios públicos.

El prelado abulense explica que se toma esta decisión dados los altos niveles de incidencia de la pandemia de la COVID-19, teniendo en cuenta la complejidad organizativa de las manifestaciones externas de la religiosidad popular que tienen lugar en la Cuaresma y la Semana Santa.

Y todo ello después de haber consultado a las autoridades civiles y sanitarias, al Delegado diocesano para las Cofradías y la Religiosidad Popular y a la propia Junta de Semana Santa.

En lugar de los actos en la vía pública, las cofradías y hermandades, de acuerdo con los párrocos donde tienen su sede, organizarán actos litúrgicos o de piedad en los lugares de culto, respetando siempre la normativa sobre el aforo y demás normativa sanitaria vigente en cada momento.

Asimismo, en el Decreto, el obispo de Ávila invita a todos los fieles, y en particular a los hermanos cofrades, a participar y a vivir con intensidad las celebraciones litúrgicas de la Cuaresma y el Triduo Pascual.

Y se ruega que todos los fieles acudan con verdadero espíritu de conversión y las debidas disposiciones a la recepción del sacramento de la penitencia y la comunión eucarística, a fin de vivir este tiempo litúrgico con verdadero espíritu cristiano.