Las 17 compañías profesionales de teatro de la provincia se reinventan para sobrevivir con nuevos formatos escénicos y adaptarse a las variaciones del sistema de contratación
El sector cultural es otro de los afectados por la pandemia del COVID, ya sus actuaciones cayeron desde el minuto uno en marzo y hoy sigue viendo mermada su actividad. El veterano actor Fernando Saldaña y su colega Antonio Velasco, de Teatro de Poniente, explican en SALAMANCA AL DÍA, la situación en la que se encuentran estos profesionales, integrados en 17 compañías charras.
En primer lugar, ambos coinciden en que "este es un sector profesional más, que genera puestos de trabajo y paga impuestos. Un sector que, igual que otros, se ha visto afectado tremendamente por la nueva situación", explican.
De hecho, "hay compañeros que están sufriendo, porque la contratación no entiende de la situación económica, determinados espectáculos se cancelan y quedan fuera, algo que incrementa la incertidumbre y dificulta la permanencia de algunas compañías", añaden.
En este sentido, aclara que "aunque es un trabajo intermitente, no significa que no trabajemos, ya que lo hacemos de lunes a domingo, con horas de ensayos y preparativos. La gente solo nos ve sobre el escenario una hora, pero si cobráramos el mínimo interprofesional o todo el trabajo que hay detrás, tendríamos mucho más".
El nuevo sistema de contratación y la adaptación a otros formatos
Esta situación ha provocado que el sistema de contratación haya variado por completo. Antes las compañías tenían una fecha para el espectáculo y ahora tienen que asumir que la noche anterior lo pueden cancelar, con los que estos profesionales viven "una incertidumbre grandísima".
A ello hay que añadir, según relatan Saldaña y Velasco, que dentro del contrato quedan "absolutamente desprotegidos, porque la pandemia libera al contratante de cualquier obligación". Y es que, antes de la pandemia, si se suspendía la actuación por causas ajenas a la compañía cobraban el 100%, si habían comenzado con el montaje del espectáculo, y si no el 50%. Sin embargo, eso ahora mismo no existe y lo que se ha logrado en Castilla y León es que se pudiera cobrar un 5-15%, si esto ocurría.
No obstante, las conversaciones con las administraciones han servido para que las compañías salmantinas lograsen dos sistemas alternativos: el aplazamiento de la actividad o adaptar ese espectáculo a otros medios, a través de las redes sociales, directos o formatos similares. "Esto para nosotros es raro, no estábamos hechos a ello, casi todos somos actores de teatro y no sabemos hablar con cámara y extrañamos al público", reconoce Fernando Saldaña.
Por lo tanto, son varios los problemas a los que la industria cultural tiene que enfrentarse en estos momentos. Desde la inseguridad laboral a la búsqueda de fórmulas nuevas, pasando por la falta de relaciones personales y la perdida de la cercanía con el público, ya que, en el mejor de los casos, no ven los rostros detrás de las mascarillas y los espectadores están más lejos y separados.
Velasco y Saldaña explican que los profesionales salmantinos del sector están "modificando parte de los guiones y adaptándose a una nueva forma de trabajo, nos estamos reinventando porque en cada una de las parcelas que afectaban a nuestro trabajo, estamos teniendo que hacer cambios. Además, el público disfruta de una forma que no es como la de antes, vemos la expresión en los ojos, tenemos un oído más fino a las risas ".
A esto hay que añadir que "los teatros han hecho grandes esfuerzos para mantenerse abiertos con un 33% en unas condiciones que han ido cambiando". Los artistas de la escena no quieren bajar el telón, salvo que sea para aguardar una nueva función, porque, a pesar de la actual crisis sanitaria, aseguran que "la cultura es segura, los teatros son espacios seguros, no ha habido contagios en ellos".
Fotos de Lydia González