Alrededor de 3.000 acuden cada noche a dormir seguras en las aguas de esta laguna
Once voluntarios repartidos en cuatro grupos participaron el viernes en el conteo de grullas realizado en el Azud de Riolobos. La acción, organizada por la Asociación Sylvestris en coordinación con Grus Extremadura tenía por misión realizar el censo anual de las aves que eligen esta masa de agua para pernoctar en los fríos días de otoño e invierno que pasan en la península Ibérica.
Entre los participantes voluntarios se encontraba Guillermo Hernández de Aquila Naturaleza, que ya había participado en censos previos y observó un aumento considerable del número de grullas.
Este año estimaban en torno a 3.000 aves de esta especie.
Alicia Casillas, secretaria de la Asociación Sylvestris se encontraba en un punto concreto cercano a la laguna junto a la voluntaria Laura Prieto. Casillas destacó la espectacularidad de las llegadas de las aves al dormidero que se desplazan en grupos de más o menos ejemplares. Pueden ir desde tres hasta decenas de aves juntas. Se distinguen por su vuelo en forma de V y también por el característico sonido que emiten conocido como "trompeteo".