Las prioridades de este colectivo en Salamanca pasan por la inclusión social de los más desfavorecidos por la vía del trabajo y un pacto interinstitucional "para ofrecer horizontes de futuro a quienes ya tienen bastante con superar las pruebas del
Cáritas ha jugado un papel destacado de ayuda en este 2020 marcado por la pandemia. Como explica Carmen Calzada, directora de Cáritas de Salamanaca, ha llegado el momento de que "generemos una nueva sociedad donde todo ser humano tenga las necesidades básicas cubiertas y un trabajo donde desarrollarse como personas".
¿Cuáles fueron las iniciativas que se tuvieron que tomar desde marzo hasta hoy?
Evidentemente, el pequeño virus ha removido todo nuestro mundo haciendo que vayan cayendo muchas seguridades, preocupaciones, prepotencias y nos ha alterado la vida en todos sus niveles dejando tras sí inseguridad, sufrimiento, dolor. Pero también, y lo queremos resaltar, se ha puesto en funcionamiento mucha generosidad, mucha solidaridad.
Ante esto, desde marzo lo primero que afloró es una conciencia más viva de lo que supone ser Cáritas, su misión: "La caridad no cierra. Cada gesto cuenta", y esto exige, por una parte, conocer y ser fieles a la realidad concreta de lo que está aconteciendo y sus repercusiones, a todos los niveles en la vida de las personas, de las familias y, por otra, responder personalmente, y como institución, adaptando nuestros servicios a la gravedad de la situación que se estaba generando. A modo de ejemplo en Personas sin Hogar, además del Centro Padre Damián que siguió funcionando con las personas que estaban residiendo en ese momento, se atendió y colaboró, a través del Programa de Espacio Abierto, con el Ayuntamiento y otras instituciones, en el albergue Lazarillo que se habilitó para acoger a las personas que vivían todavía en la calle. Igualmente se siguió atendiendo, en la Casa de Acogida Samuel, para enfermos de VIH.
Se hizo un acompañamiento individualizado a las personas que participaban tanto en el Centro Ranquines para personas con problemas de Salud Mental, como en el Centro de Día, Servicio Ambulatorio y Prevención de Drogodependientes ya que se tuvo que interrumpir la atención presencial en estos Centros para ajustarse a las disposiciones promulgadas por la Junta de Castilla y León para este tipo de Servicios.
En cuanto la atención a familias y personas se puso a disposición de las mismas un servicio telefónico atendido por personal de Cáritas donde permanentemente se acogía, informaba, orientaba y resolvía, en la medida de lo posible, cualquier solicitud de ayuda del tipo que fuere, tanto material para cubrir necesidades básicas, como de otro tipo asesoría jurídica, inserción laboral, inmigrantes, problemas de aprendizaje en niños y adolescentes que no disponían de recursos para seguir vía telemática los ejercicios escolares, tanto para personas que residían en la ciudad y como en la zona rural. Cuando la situación lo requería, se funcionó con cita previa. Con el Covid, más de la mitad de los hogares en grave precariedad no han podido hacer frente a los pagos de alquiler, suministros, alimentación, hipotecas, entre otras cosas por haber agotado las prestaciones por desempleo e incluso el subsidio. Hemos intentado aportar siempre cercanía, esperanza y sentido en medio de las turbulencias, además de la ayuda material.
Recientemente desde Cáritas han alertado del aumento en la vulneración de derechos que sufren los niños y niñas más vulnerables a causa del impacto de la Covid-19. ¿Cómo está la situación en Salamanca?
Los niños y niñas han sufrido y están sufriendo muy de cerca las consecuencias de la pandemia y, en mayor o menor medida, se han visto afectados alguno de sus derechos al no disponer, por ejemplo, de medios necesarios para seguir la educación vía telemática por la pérdida de empleo de sus padres que supuso, entre otras cosas, no poder cubrir de manera adecuada sus necesidades básicas, circunstancia que ha tenido impacto en su salud, en sus momentos de ocio, provocando un significativo empobrecimiento.
Desde Cáritas se ha procurado estar cerca de los menores y sus familias, que sintiesen nuestro apoyo, primero de forma telemática cuando estuvimos confinados, y ahora de manera presencial manteniendo todas las medidas de seguridad necesarias. La situación en Salamanca no se diferencia mucho de lo que ocurre en el resto de España pero, a pesar de todo, nos han dado una lección de esfuerzo por adaptarse a la nueva situación.
¿Hay un perfil definido de los usuarios más habitual?
El desempleo es una realidad persistente que, junto a la precariedad manifestada en temporalidad e itinerarios cíclicos que alternan periodos cortos de empleo con otros de desempleo, generan trabajadores pobres y excluidos y limitan las posibilidades de integración de muchos colectivos y personas. Este perfil de personas se ha visto muy afectado con la pandemia y, en el caso de las mujeres: empleadas de hogar, cuidadoras etc. se han visto doblemente afectadas al quedarse sin trabajo y sin derecho a ninguna prestación ya sean españolas o inmigrantes. Igualmente, muchos empresarios autónomos que no han podido soportar el colapso que se ha producido y no pueden hacer frente a los gastos de su pequeño o mediano negocio.
¿Puede servir esto para lograr tener una sociedad más humana?
Quiero pensar que sí. Ha llegado el momento de que generemos una nueva sociedad donde todo ser humano tenga las necesidades básicas cubiertas y un trabajo donde desarrollarse como personas.
La salida nos compete a todos. Desde Cáritas hemos intentado estar ahí donde la vida de las personas se está jugando, allí donde la palabra de Dios necesita hacerse presente siendo bálsamo, consuelo, reivindicación. Todos tenemos parte de la solución en nuestras manos empezando por cambiar un estilo de vida súper consumista, por otro más austero y solidario, más fraterno y, por descontado, las políticas para los más desfavorecidos tienen que ir por delante.
¿Cuáles son los servicios de Cáritas más demandados actualmente?
En líneas generales, diría que todos los que llevamos entre manos porque responden a una realidad social analizada, conocida y pateada a pie de calle aunque evidentemente hay problemáticas que recorren varios grupos de población como es el tema de acogida y atención primaria, todo lo relacionado con la inserción laboral, la orientación y formación en la búsqueda de empleo, asesoría jurídica, inmigrantes, salud mental, personas sin hogar, toxicomanías, jóvenes, adolescentes y niños etc.
¿Cuáles son las prioridades que actualmente tiene en la cabeza para la ciudad de Salamanca?
Sin duda, la inclusión social de los más desfavorecidos por la vía del trabajo y un pacto interinstitucional para ofrecer horizontes de futuro a quienes ya tienen bastante con superar las pruebas del día a día y tenemos que estar todos, cada institución, cada persona, cada uno desde su responsabilidad, muy pendientes de la desesperanza que hay en nuestro entorno porque tengo la experiencia que, cuando desaparece la esperanza de nuestro horizonte personal y social, desaparece también nuestra capacidad de seguir porque vemos el futuro con la poca energía que tenemos en el presente.
Escucho a algunos aquello de que cree en Cáritas, pero no en la Iglesia. ¿Cómo se concibe eso?
No se concibe, ni se puede concebir de ninguna manera. Cáritas es la Iglesia en el ejercicio de la caridad. Cáritas no existe porque hay pobres, que también, sino porque hay Iglesia, comunidad cristiana. No querer entender esto es no comprender la dimensión social de la fe ni el desarrollo de la Doctrina Social de la Iglesia
¿Qué le pide al 2021?
Que se tomen medidas para mejorar la situación social de las personas y grupos más vulnerables, en política de vivienda, empleo?; Que todos asumamos la responsabilidad de trabajar por un sistema social que de esperanza a las personas y reduzca las cifras tan escandalosas de la pobreza y que nos comprometamos en el cuidado mutuo.