La hostelería mirobrigense vive su primer día de cierre obligado
La situación tiene su claro reflejo en lugares como la Plaza Mayor, que ha quedado casi en silencio
Desde este viernes, la hostelería de Ciudad Rodrigo (así como de toda la comarca) vive una situación de cierre obligado, según decretó el pasado martes la Junta de Castilla y León, con el objetivo de intentar reducir las cifras de contagios de coronavirus. Este cierre es el segundo del año, con la gran diferencia de que el anterior provocado por el primer estado de alarma 'no se notó tanto' ya que los ciudadanos tampoco podían acudir a consumir al estar confinados en sus domicilios.
De este modo, desde este viernes no es posible ir a tomar un café a media mañana a modo de pausa laboral, o ir a tomar algo al concluir la jornada (especialmente un viernes como en el que se inicia este cierre), o ver los partidos de fútbol de la Liga y la Liga de Campeones. Al menos, algunos establecimientos van a seguir abiertos para la recogida de comida y para el reparto a domicilio. Principalmente son restaurantes los que han implantado esta opción, pero también algunos bares.
De hecho, en la mañana del viernes estaba abierto para coger y llevar cafés un bar de la Plaza Mayor, donde este cierre de la hostelería tiene un enorme impacto, dejándola casi en 'silencio'. Al no haber terrazas durante al menos los próximos 14 días, se han retirado las jardineras que las delimitaban (sólo quedan las del pasillo de Julián Sánchez a Sánchez Arjona), lo que provoca como único aspecto 'positivo' que haya más plazas de aparcamiento en el ágora mirobrigense.
Junta a la clausura de la hostelería, las nuevas medidas de la Junta de Castilla y León tienen como otro efecto principal en Ciudad Rodrigo el cierre de los centros deportivos a cubierto como son los gimnasios.