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Lorena García, la hacedora de libros salmantina
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ENTREVISTA

Lorena García, la hacedora de libros salmantina

Actualizado 12/10/2020
Charo Alonso

El don de la alegría, el del trabajo apasionado, diario, humilde, constante, páginas de los días y de los otros que, de repente, se vuelven suyas y se convierten ¡oh, paradoja en una mujer de libro, de papel, de imprenta! en un éxito en la red donde su li

Tiene Lorena García (Salamanca, 1966) el don de la armonía. El don de la alegría, el del trabajo apasionado, diario, humilde, constante, páginas de los días y de los otros que, de repente, se vuelven suyas y se convierten ¡oh, paradoja en una mujer de libro, de papel, de imprenta! en un éxito en la red donde su libro infantil publicado por la Fundación Salamanca Ciudad de Cultura y Saberes, en un éxito en número de descargas a través de una página de Facebook.

Kadmos, la imprenta en la que trabajas, nació de un empeño universitario.

Sí, viene de la imprenta de la UPSA, la Universidad Pontificia, que le propuso a los trabajadores de la misma una privatización como cooperativa. De ellos, unos se quedaron trabajando en la casa y otros con la imprenta que, ahora, llevan dos de aquellos jóvenes que comenzaron a aprender a la vez que estudiaban con los sacerdotes.

Has escrito un libro infantil en verso que anima a la lectura.

Al trabajar en Kadmos estoy rodeada de libros y de autores. Yo creí que había que fomentar la lectura entre los niños y fue un sueño que tuve en la cabeza un tiempo y que se hizo realidad. Estábamos en la presentación en Dominicos de un libro de José Luis Puerto y ahí coincidí con José Luis Barba, se lo comenté y me dijo "esto me lo tienes que llevar, eso lo tengo que ver yo". Yo lo iba a editar con la ayuda de la imprenta, sin ánimo de lucro, y la Fundación me dio la oportunidad de hacerlo con ellos, cosa de la que estoy muy orgullosa.

Y una hacedora de libros se convierte en un éxito en la red, es paradójico.

Cierto, pero no es incompatible, esto ha sido un efecto del confinamiento, que la gente se está acostumbrando al e-book, a buscar otros medios para obtener música, libros, todo. A consecuencia de la pandemia todo va a cambiar muy radicalmente. Y ya veréis qué efecto tiene en los ojos, porque los oculistas ya están advirtiendo del peligro de leer tanto en pantallas y hay un estudio que dice que leer en ellas hace que no se retenga tanto, que es una lectura demasiado inmediata y no se profundiza. Pero bueno, hay que integrarlo todo y todo suma.

Háblame de las ilustraciones y de su autor, Crisantos Santa Daría López.

Él y yo estudiamos juntos, empecé a seguirle en su perfil de Facebook porque me encantaba el arte que tenía con el lápiz. Le llamé, le propuse la idea y me pidió tiempo porque era la primera vez que hacía una cosa así ¡Cuenta que lo que más le costó dibujar fueron las manos! Tanto él como la traductora hicieron este trabajo sin ánimo de lucro. Y mejor que vosotras no sabe nadie lo que esto significa, pero la satisfacción está en hacer cosas que te apasionen, aunque no se obtenga beneficio económico.

Juan Carlos López Pinto dice que sois las hadas de los libros, las hacedoras de libros? ¿Sigues emocionándote cuando un libro en el que te implicas sale de las máquinas o lo ves ya como un trabajo cotidiano?

Me encanta mi trabajo. Y la sensación es increíble, desde la primera llamada para preparar el coste del mismo en el que tomo nota de las características, del tamaño, del tipo de papel, las páginas. Realizamos el presupuesto, se acepta y desde este momento tratamos el libro como si fuera el único en la imprenta. Hacemos un equipo con la editorial, sacamos las pruebas, esperamos al visto bueno, imprimimos, encuadernamos? La satisfacción de verlo cuando todo este proceso ha terminado y sentimos el orgullo del editor cuando te llama para felicitar al equipo de Kadmos, es increíble. Para mí este momento con cada título es único y lo disfruto con todo el equipo, desde la primera persona que le cogió el teléfono a quien nos encarga un trabajo, hasta al compañero que le entrega el libro recién terminado en las manos.

Tu libro se publicó en el 2018, pero es ahora con la lectura en una página de Facebook, TNOLA LANGUAGES cuando se ha disparado la difusión de tu Leí, leí, y en otro mundo me metí.

Ha sido increíble porque esta página de habla hispana normalmente tiene 200 o 400 descargas, pero con este cuento se produjeron en menos de ocho días 3.500 y ahora ya superamos las 4.000.

Es jugar en otra liga ¿Cómo llegaste a esta página?

Fue a través de una amiga, profesora en Puerto Rico, Raquel Ortiz, que vino a España a hacer el doctorado. Tenía una niña de la edad de mi hija Valeria y conectamos muy bien. He mantenido el contacto con ella, que también escribe cuentos y colabora en esa página. Fue ella quien comentó que le parecía muy interesante el mensaje que transmitía en el libro y me animó para que lo enviara para su valoración. A la directora de la página le pareció interesante y me llamó para fijar un día y realizar la conexión. Le propuse leerlo también en inglés, lo consideraron y así lo hicimos. La traductora, Flavia de Angelis, ha hecho un trabajo excepcional utilizando un inglés acorde con el lenguaje infantil.

Se publicó en el 2018 y tuviste una presentadora de altura, la profesora, ensayista y poeta Asunción Escribano.

Recuerdo que la sala estaba llena de niños, fue precioso y Asunción Escribano me llevó de la mano, no pudo ser mejor, fue un sueño espontáneo porque yo escritora no soy. Me siento muy pequeñita al decir que soy escritora, todo lo que viví en aquel año fue precioso. Y no lo debo haber hecho tan mal.

Es un gesto de humildad el tuyo. Voy a ser mala: ¿Crees que ahora escribimos todos y se publican cosas que no son buenas?

No, yo creo que tenemos las mentes tan abiertas que cabe todo. Creo que hay un lugar para todos los temas, ahora mismo tú eliges tu lectura, si un libro no me gusta, lo dejo, si no me engancha en el minuto cero, lo dejo. Hay un mundo para todo. Sí creo que te refieres a que ahora no hay ese filtro que había antes. Ahora te autoeditas, antes tenías que ir a una editorial, presentar tu manuscrito, pasar unos filtros y ver si era interesante o no. Ahora puedes mandar a una imprenta tu trabajo, convertirte en tu propio editor.

Para Asunción Escribano, tu libro es una entrada a mundos maravillosos, una invitación a la lectura. A mí me gusta mucho cómo utilizas la rima más sonora y cercana a los niños.

Ese es el propósito del libro desde la primera página. Y hay mamás que me han dicho que sus niños ha sido leerlo y ponerse a buscar libros porque este se acaba muy pronto y así, invitando a la lectura: Si este cuento te ha gustado,/tu aventura con la lectura ha comenzado. A los niños hay que insistirles en que cualquier libro te mete en la historia, te abre ventanas a muchas cosas, a entretenerte, a divertirte, a beneficiarte en tu redacción, tu vocabulario, tu empatía con el otro?

Como docente mi experiencia es que los niños leen, que sus padres, muy concienciados, los hemos llevado a la hora del cuento en las bibliotecas municipales, a la Fundación Sánchez Ruipérez? Pero, ¿qué pasa cuando llegan a la adolescencia que dejan de leer?

Quizás que el tiempo se les hace más pequeñito, y luego utilizan medios que se lo ponen todo más fácil, la pantalla es más fácil con un simple clic. Y también tenemos unos niños ahora mismo que desarrollan un trabajo mínimo.

¿Quién inculca al niño la costumbre de leer?

Los padres, el cuentito al bebé cuando ya escucha, es importante. Aunque no sea un cuento de papel, se trata de que te inventes una historia y te sientes un ratito con él, agarrarle la manita, que le sonrías, que le hables. Luego ya que te vea que tienes algo en las manos, que es el libro. Es la magia, el cuento de todas las noches, y Asun dice que no solo para los niños, ella afirma que la lectura antes de acostarse tranquiliza y te hace entrar en el sueño. El móvil no, para nada. Y hay que ver a los padres leer, mi madre siempre lee antes de acostarse.

Tus hijas están muy presentes en este libro. ¿A ti te iniciaron en la lectura tus padres?

Mira, yo recuerdo que mi padre, que era panadero, cuando bajaba a las reuniones de la Comunidad de Vecinos subía diciendo que cómo hablaba la gente de bien y que se sentía un poco "inculto" por no haber estudiado, por no haber leído más. Él, que fue un gran padre y un gran profesional, tenía esa preocupación y la expresaba. Mi madre había estudiado un poco más y ha sido ella la que me ha inculcado la escritura porque a ella le gusta escribir y hace poemas muy chulos. Siempre la recuerdo leyendo antes de dormir. Luego llega el cole donde hay un aprendizaje muy cercano a la lectura y padres y maestros vamos de la mano.

¿Y los profesores en el instituto?

Yo creo que los profesores tienen que presentar el libro que mandan leer. A veces vamos a las presentaciones de un libro y tienes ganas de comprarlo por cómo lo han vendido el editor y el autor. Creo que debemos hacerles ver a los chicos que esa lectura es interesante para ellos, y no una obligación. Aparte de recomendarles las lecturas apropiadas, aunque es muy difícil, porque un niño de 17 años no tiene por qué tener ni la capacidad de comprensión que otro ni los mismos gustos. No es fácil.

Una vez, entrevistando a otro impresor, Carmen comentó que a su hijo le gustaba oler primero los libros, como a ella. Que le atraía el libro como objeto? nunca se me olvidó.

Ahora su hijo tiene casi 18 años y lee en pantalla, aunque lo que tiene que estudiar, lo imprime. Él quizás lo hacía primero porque me lo veía hacer a mí, pero luego porque le gustaba el libro en tanto objeto.

Claro, venimos del mundo de la edición, de las artes gráficas. Vemos el libro como un objeto que hacemos las dos. Y el niño también tiene que descubrir el libro como objeto, por eso tiene que tener un tamaño manejable, el libro debe ser cómodo para ellos, abrirse bien, tener páginas duras, dibujos, colores llamativos. Antes hablaba de mi padre, que era panadero y cuando iba a un restaurante cogía el pan, lo partía, lo olía? yo a veces me incomodaba y le decía "¡Papá!" pero era su manera de saber cómo era ese pan, cómo lo habían hecho, de qué tipo era la levadura, la harina. Lo que hacemos nosotras cuando cogemos un libro, vemos "cómo" está hecho.

Este está, indudablemente, muy bien hecho.

Es un libro nacido de las lecturas, de los libros, de los escritores, de mi experiencia como madre. Es un libro hecho desde el corazón. Una vez nos dieron un premio a Kadmos como empresa y fui yo a recogerlo, allí estaba Queti Luciano, directora del Comedor de los Pobres, quien dijo una cosa que se me quedó grabada: "La palabra gracias es la memoria del corazón". Yo tengo que dar las gracias por todo lo que me ha traído este libro.

"Tiene mucho de metaliteratura este libro de Lorena García ?afirma Asunción Escribano- y algo también de esa idea de Narnia de Lewis, de entrar en otros mundos a través de la literatura". "Lorena ?dice el periodista y poeta Juan Carlos López Pinto- pertenece a esa tradición de impresores salmantinos que son orfebres, artesanos de la palabra. Por sus manos ha pasado la gestión de cientos de libros". Oficio y tradición de cuidado y de factura. La ciudad letrada tiene en sus artes gráficas a los hacedores del libro que nos lee y nos cuenta. Y nadie mejor para iniciarnos en ellos que alguien que participa de su nacimiento, que los ama, que los entrega a las mejores manos: las de sus propias hijas. La niña lectora de Lorena García quiere que todos los niños descubran el placer que ella misma siente a través de la lectura que, según su madre, nos hace mejores. Empeño de letra, página y taller. Empeño feliz de lectora, autora y hacedora: Lorena García, leí, leí, leí? leo, lee, lee, lee?