Estos días se trabaja en la recolección de las partidas de contrato
En el campo estos días se trabaja la extracción de la patata de contrato, generalmente amarilla, entre la que la estrella es la Agria, aunque son numerosas las variedades cultivadas. También se escucha gran demanda de patata roja por parte de Portugal. Dicen que se están pagando precios de entre 15 y 16 céntimos el kilo por este tipo de tuberculo que tanto gusta en el país vecino. En torno al 95% del consumo luso de patata es de la roja, calcula Rafa Calvo Noreña de Aldearrubia. Este agricultor lleva cerca de 20 años sembrando patatas y hace 14 años que extrae su producción y la de la cooperativa de Aldearrubia con su propia cosechadora.
Sacar patata a máquina proporciona trabajo temporal en estos pueblos, pues las personas que van en las máquinas son contratadas en la misma localidad. Todas tienen su seguridad social y al finalizar, reciben el correspondiente finiquito. En en caso de la cosecha de patata a mano, los temporeros suelen ser cuadrillas formadas por rumanos, en esta zona, y por marroquíes, en en otras partes de España, también con los correspondientes contratos y requisitos legales correspondientes. Los agricultores no se arriesgan a ser sancionados y cumplen con esta serie de medidas que garantizan el cumplimiento de derechos laborales y el pago de seguros y tributos correspondientes a estos trabajos.
Calvo Noreña dice que en su caso sólo siembran patata de contrato, pues les ofrece una seguridad. Por ejemplo, ahora la patata libre no tiene prácticamente demanda, sobre todo variedades como la Fábula, corren el riesgo de quedarse en la tierra.
En cuanto a la producción se refiere, con las partes que ha hablado este agricultor, estiman unas producciones medias de 35.000 kilos por hectárea. Calvo Noreña considera que puede haber picos de 70.000, pero se trata de excepciones, por ejemplo casos de agricultores que sólo siembran tres hectáreas y están todo el día mimando esa parcela, pero no es la norma general, pues para obtener un salario los cultivadores necesitan sembrar superficies de terreno que no permiten esa atención tan al detalle.
Este agricultor calcula que producir un kilo de patata les supone entre 9 y 10 céntimos por kilo, con lo que cualquier precio inferior a este genera pérdidas y que el trabajo realizado no tenga su recompensa económica.
Fotos: Marisa Rodero Serrano