Iñaki Urdangarín continúa con su rutina diaria pese al duro varapalo que acaba de recibir, y que por otra parte esperaba. Y es que el marido de la Infanta Cristina se temía que la Fiscalía de Valladolid recurriese la opinión favorable del Juez de Vigilancia Penitenciaria de la concesión del tercer grado penitenciario, como así ha sido.
El ansiado régimen de semilibertad que el exjugador de balonmano contaba con poder disfrutar próximamente parece que tendrá que esperar una larga temporada. Y es que, tras este recurso de la Fiscalía, será el Juzgado de Vigilancia Penitenciaria quien tendrá que valorar si el buen comportamiento de Urdangarín, lo adaptado que está a su trabajo en el centro Don Orione y el hecho de estar cumpliendo co
ndena en régimen de aislamiento son suficientes motivos de peso para concederle el tercer grado. Por el contrario, el fiscal sostiene que todavía no ha cumplido dos tercios de la condena - requisito para conseguir esta semilibertad - y además alude a la alarma social que generaría en la población que el marido de la Infanta Cristina consiguiese el tercer grado.
Mientras tanto, y consciente de que poco puede hacer por cambiar su destino, Urdangarín continúa ilusionado con su labor de voluntariado en el ecentro Don Orione. Un día más le hemos visto llegar. Con aspecto tranquilo, y sin realizar declaraciones sobre el recurso de la Fiscalía, el cuñado del Rey Felipe VI entra en su lugar de trabajo no sin antes lavarse las manos con gel hidroalcóholico.