Aereonatura, la perfecta alianza entre el hombre y las aves a través de la cetrería
Roberto González dirige esta empresa encargada de realizar exhibiciones y charlas divulgativas acerca de la cetrería en la provincia de Salamanca y en otros puntos del panorama nacional
Uno de los eventos que más se repiten en las programaciones festivas veraniegas organizadas por los ayuntamientos son las exhibiciones de cetrería en las que las aves y sus cuidadores demuestran su perfecta alianza. La cetrería, un arte con miles de años de historia en el que la buena sintonía entre el ave y el hombre es clave, conforma una actividad que año tras año atrae a curiosos a este tipo de exhibiciones y que está considerada como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO desde el año 2010.
Fue precisamente el interés que despiertan las exhibiciones de cetrería y el amor por los animales los motivos que llevaron a Roberto González a embarcarse en 2019 en el proyecto de creación de Aereonatura, una empresa dedicada a la realización de exhibiciones de cetrería.
"El proyecto de Aereonatura empezó de cero y hoy en día tenemos ya veintiséis aves rapaces. En nuestras exhibiciones comenzamos realizando una charla educativa en la que damos a conocer al público las aves rapaces y las peculiaridades que poseen, después tiene lugar una exhibición de vuelo libre en la que el público es partícipe y finalmente solemos hacer una sesión de fotos con las aves para que el público pueda llevarse un bonito recuerdo", explica Roberto González.
No obstante, no son las aves rapaces los únicos atractivos de Aereonatura para el público, ya que esta empresa posee también ejemplares de reptiles e incluso un ejemplar de canguro ualabí de Bennet que sorprende y hace las delicias de los espectadores en las exhibiciones.
Socialización, un pilar básico en el adiestramiento del ave
La socialización del ave a las personas representa un pilar básico en el adiestramiento de las aves rapaces a la hora de la segura y correcta realización de las exhibiciones de cetrería.
"Las aves, en primer lugar, se tienen que acostumbrar a la persona con quien realizan las exhibiciones, además de acostumbrarse al público en general y al ruido. Todo ello se consigue con entrenamiento diario, creando un estrecho vínculo entre el ave y el hombre", describe Roberto González, emprendedor en Aereonatura.
Un verano atípico
A pesar de ser una empresa con solo un año de vida, Aereonatura puede presumir de haber superado ya las cien exhibiciones realizadas, además de haber participado en varios mercados medievales en los que la presencia de las aves rapaces aumenta el nivel del mismo. Sin embargo, la pandemia originada por el COVID-19 también ha afectado a esta empresa, que ha visto reducidas notablemente sus contrataciones en su segundo verano de vida.
"Este verano teníamos planificado realizar más de un centenar de exhibiciones en distintos puntos de la provincia de Salamanca y de Castilla y León, pero la llegada del COVID-19 ha trastocado todo. Con suerte a finales de temporada podremos superar las veinte exhibiciones", apunta Roberto González.