Algunos fieles podrán acudir mañana a la eucaristía respetando el aforo máximo permitido
En un año sin la incidencia del coronavirus hoy hubiera sido la víspera y mañana el día grande de la fiesta de El Pedroso de la Armuña. Los fieles, hasta completar el aforo máximo permitido, respetando las distancias de seguridad, podrán rendir culto a San Pedro en el gran templo de la localidad. La suele oficiar el párroco don Justo, al que quieren los vecinos que aportaron este dato y destacaron que valoran mucho que aún continúe en ejercicio sin que la edad sea una barrera.
La tranquilidad es la tónica que define estos días la vida cotidiana en esta localidad. Los paseos son el recurso necesario utilizado por los vecinos como forma de ocio, descanso y ejercicio. Lugar de reunión de jóvenes es el parque de la iglesia, que fue adecentado y amurallado durante la reforma del templo en 2006, en palabras de Ángel Gómez Carrasco, alcalde de El Pedroso de la Armuña. Unos pasean hasta la estación de tren y otros por caminos. Uno de los senderos más transitados es el de los montes nuevos. La teniente alcalde Flora Antonia Pérez Martín es asidua a estos recorridos saludables.
Otros vecinos aprovechan los bancos situados junto al regato que pasa por el centro de la localidad. Es pleno agosto y lleva una lámina de agua que aporta cierto frescor al lugar. Este año, las piscinas no han abierto sus puertas.
Otra posibilidad de entretenimiento es empaparse de pinceladas de la historia de El Pedroso gracias a los paneles explicativos que el alcalde ha ido disponiendo en lugares destacados. Muchos de estos pedazos de historia fueron rescatados de los archivos por Agustín Salgado, a quien se recuerda con el nombre de una calle.
El Pedroso de La Armuña es un pueblo con mucha historia. A pesar de su cercanía "nunca perteneció a La Armuña, ni por zona ni características", explica el alcalde pues en la historia formaba parte del denominado Cuarto de Valdevilloria. El apellido se lo debieron de poner mientras reinaba Alfonso XII, EN 1916, a propuesta del conde de Romanones, entonces ministro de gobierno de España tras un estudio realizado por la Real Sociedad Geográfica. Aquello también afectaba a otros lugares, pues se hizo para solucionar la coincidencia de que más de 1.200 pueblos de España, que tenían idéntico nombre. Los diferenciaron de alguna manera, manteniendo el nombre de la población de mayor número de habitantes y diferenciando de alguna manera el resto de localidades.