Ana María Rodas leyendo sus poemas en el Salón de Recepciones del Ayuntamiento de Salamanca (foto de Jacqueline Alencar)
En un correo fechado el 6 de julio de 2016, la notable poeta guatemalteca me escribía lo siguiente: "Querido Alfredo: Hace un par de días me pidieron un poema sobre Salamanca. Como resultado de mi visita a Salamanca hace algunos años, escribí varios poemas. Te mando dos, que me gustaría evaluaras. Personalmente prefiero el primero. Me salió de un tirón en aquellos días...". Quien le había pedido el poema era Victor Oliveira Mateus, excelente poeta y traductor portugués, buen amigo de Salamanca y de sus Encuentros de Poetas Iberoamericanos. Luego tradujo "Un arco en Salamanca" y lo publicó, de forma bilingüe, en la antología "Salamanca, Raíz de piedra y Letras".
Hace pocos días recibí otro correo de mi admirada Ana María Rodas, donde afirma su voluntad de dedicarme dicho poema: "Querido poeta, para mí sería un honor muy grande que mi poema 'Un arco en Salamanca' aparezca dedicado a ti en cualquier publicación. Entonces así habría una oportunidad de hacer público el afecto y agradecimiento que te tengo. Un abrazo cargado de cariño".
Por ello, y como un privilegio, dejo conocer el poema que Ana María Rodas escribió tras participar en la Cumbre Poética Iberoamericana, celebrada en Salamanca el mes de octubre de 2005.
Por el centro de la Plaza Mayor: Raúl Zurita (Chile), Efraín Bartolomé y su esposa (México), Julieta Dobles (Costa Rica) y Ana María Rodas (Guatemala. Atrás, Ana Ilce Gómez (Nicaragua). Foto de jacqueline Alencar
UN ARCO EN SALAMANCA
Para Alfredo Pérez Alencart
Recostada sobre un arco de los que abrigan esta Plaza Mayor
/son parte esencial de ella/
advierto cómo poco a poco las luces van menguando
en silencio
Ese silencio que se abate sobre mí junto al frío de la noche
y transforma
este lugar que de día fue colmena
en un silencio dulce que aumenta a medida
que la luz artificial desaparece
y le da paso a la Luna creciente
delgada y tierna
como naciente uña de virgen
Horas atrás bajo el sol
las cuadradas piedras del patio de la Plaza Mayor
zumbaban en sonido coral
A la escuálida luz que se va escurriendo entre la nada
echo un vistazo a mi piel de mestiza americana
y recuerdo
la mañana
La estancia resonaba con palabras
/rozaron la piel encrespada del Atlántico/
vuelo de pájaros inmensos
susurros
premoniciones
que chocaron suavemente con la playa en la Península
Una orgía de palabras
Dejo la Plaza Mayor
me escurro
por una calle aún más oscura
alzo los ojos y muerdo las estrellas
las devoro con pasión
y camino sorbiendo los delicados jugos de la Luna
Veo hacia atrás y allí espera
fiel
poderoso
con la fuerza que le dieron los siglos
el arco de la plaza aquel a cuyo pie esparcí
mi amor por Salamanca
Ana María Rodas, Alfredo Pérez Alencart y Julieta Dobles (Foto de Jacqueline Alencar)
UM ARCO EM SALAMANCA
Para Alfredo Pérez Alencart
Encostada a um dos arcos que protegem esta Plaza Mayor
/que dela são parte essencial/
observo como pouco a pouco as luzes vão esmorecendo
em silêncio
Esse silêncio que sobre mim se abate com o frio da noite
e transforma
este lugar que de dia foi colmeia
num silêncio doce que aumenta à medida
que a luz artificial desaparece
e dá lugar a uma Lua que se afirma
delicada e terna
como virginal unha a despontar
Horas atrás sob o sol
as quadradas pedras do pátio da Plaza Mayor
sussurravam como afinado coro
Na esquálida luz que vai escorrendo pelo vazio
deito um olhar à minha pele de mestiça americana
e recordo
o amanhecer
A estância ressoava com palavras
/roçaram a pele encrespada do Atlântico/
voo de pássaros enormes
sussurros
premonições
que suavemente embateram na praia da Península
Uma orgia de palavras
Deixo a Plaza Mayor
deslizo
por uma rua ainda mais escura
levanto os olhos e mordo as estrelas
devoro-as com paixão
e caminho sorvendo os delicados sucos da Lua
Olho para trás e ali se mantém esperando
fiel
poderoso
com a força que lhe deram os séculos
o arco da Plaza aquele ao pé do qual plantei
o meu amor por Salamanca
Tradução de Victor Oliveira Mateus
JacquelineAlencar (Bolivia-España), César López (Cuba), A. P. Alencart (Perú-España), Ana María Rodas (Guatemala), Antonio Colinas (España) y Ana Ilce Gómez (Nicaragua), en Salamanca.
Ana María Rodas (Ciudad de Guatemala, 1937). Inició su carrera poética con la publicación de 'Poemas de la izquierda erótica' (1973), seguida de 'Cuatro esquinas del juego de una muñeca' (1975), 'El fin de los mitos y los sueños' (1984), 'La insurrección de Mariana' (1993), 'Recuento' (1998) y 'Esta desnuda playa' (2015). Ha sido distinguida con importantes galardones, entre los que se cuentan: Premio Nacional de Literatura "Miguel Ángel Asturias" (2000), el Premio "Libertad de Prensa" (1974), otorgado por la Asociación de periodiodistas de Guatemala y el Primer Premio de Poesía en el Certamen de Juegos Florales México, Centroamérica y el Caribe (1990). Fue Ministra de Cultura de su país. Su poesía ha sido traducida al alemán, inglés, italiano y portugués. También es autora de libros de narrativa y entrevistas.
Dedicatoria de Ana María Rodas a Alfredo Pérez Alencart (2005)
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