Parece que el teletrabajo se ha convertido en el tema de moda de los últimos meses. Algo que hace tiempo parecía imposible para la mayoría de los trabajadores y empresas, ahora está en boca de todos y es la mejor solución para unos y otros. Pero ¿realmente nos hemos adecuado nosotros y nuestro hogar para realizar bien nuestro trabajo?
Según una encuesta realizada por Puntronic.com sus clientes que teletrabajan y, a pesar de que 6 de cada 10 aseguran ser igual o más productivos, más de la mitad no saben si lo están haciendo correctamente. Además, un 60% no sabe si tiene el equipo necesario y 7 de cada 10 no saben qué rutinas deben llevar. Por ello, han elaborado una guía sobre qué hace falta para teletrabajar correctamente desde casa.
¿Qué debe tener el lugar de trabajo?
Cada vivienda es diferente, por lo que cada persona tiene que adaptar el espacio disponible a sus necesidades. Eso sí, en cualquier lugar para teletrabajar no pueden faltar estos elementos:
- Una silla ergonómica: Teletrabajar implica pasar muchas horas sentado en una misma posición. Por eso, la silla es uno de los elementos más importantes, y la clave de todo está en la ergonomía. Una buena silla debe adaptarse al cuerpo, y para ello debe permitir regular la altura y la inclinación del respaldo. De lo contrario, pueden producirse problemas y dolores de espalda. La posición correcta para estar muchas horas sentado es colocarse con los pies apoyados en el suelo y con los muslos formando un ángulo de entre 90 y 110 grados con respecto al cuerpo. Debemos mantener la espalda recta, con las rodillas formando un ángulo de unos 90 grados. Si no se pueden colocar cómodamente los pies en el suelo, hará falta un reposapiés.
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- Una mesa espaciosa: La mesa debe ser lo suficientemente amplia como para albergar todo lo necesario para la jornada: ordenador, teclado, material de oficina...
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- Buena iluminación: Lo más recomendable es que haya suficiente luz natural. Si hay que recurrir a la luz artificial, esta debe ser lo más similar posible a la luz natural. Los sitios oscuros pueden irritar los ojos y dificultan la concentración.
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- Si es posible, separar el lugar de trabajo del resto de la casa: Lo ideal es que se dedique un espacio solo para trabajar, como un despacho. Así, resulta más sencillo mentalizarse de cuándo es hora de trabajar y cuándo ha llegado el momento de descansar. Si no es posible, se puede crear un pequeño espacio dentro de otra habitación más grande (el salón, por ejemplo). Para facilitar esa separación, se puede recurrir a elementos divisorios, como mamparas o armarios.
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- Decoración agradable: El lugar de trabajo no tiene por qué ser aburrido y soso. De hecho, nos costará mucho menos sentarnos a trabajar si nos gusta qué vemos alrededor. Un ambiente agradable y bonito favorece la concentración y hace más llevadera la jornada.
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- Almacenamiento y organización: Si se descuida la organización en el teletrabajo, el desorden acabará afectando a nuestro hogar.
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- Una buena conexión a internet: Debemos asegurarnos de que llegue bien el wifi al lugar que hayamos elegido. De no ser así, habrá que escoger otra zona o conectar el ordenador al rúter mediante un cable.
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¿Cuál es el equipo necesario para teletrabajar?
Algunas empresas proporcionan a sus empleados el equipo necesario para trabajar desde casa. Si no es así, cada persona tendrá que hacerse con el equipo más adecuado. Para cualquiera de los dos casos, hay que tener en cuenta algunas recomendaciones para adaptarse correctamente a trabajar en casa:
- El ordenador: El ordenador portátil tiene la clara ventaja de que puedes moverte con él a todas partes. No obstante, en el teletrabajo eso puede suponer un problema. Si el ordenador nos acompaña siempre, es mucho más difícil desconectar. Por eso, el ordenador de sobremesa puede ser una opción más adecuada para el teletrabajo, especialmente si nos cuesta saber cuándo terminar la jornada. Al ser un dispositivo estático, se queda en el despacho: cuando se apaga, comienza el tiempo libre. A la hora de elegir uno u otro, hay que valorar si solo se va a utilizar para trabajar. Si el mismo ordenador va a usarse para el trabajo y para el ocio, puede ser más útil un ordenador portátil para poder moverlo. Sin embargo, los ordenadores de sobremesa suelen ser más potentes y tienen más capacidad, por lo que son más adecuados para usar programas muy pesados (por ejemplo, los videojuegos). Además, permiten cambiar las piezas, así que es sencillo ir adaptándolos a nuestras necesidades.
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- El teclado: Si se elige un ordenador de sobremesa, será imprescindible añadirle periféricos, como el teclado, el ratón y el monitor. Pero también son recomendables si se usa un portátil. Al usar el teclado, las manos y las muñecas deben quedar en una posición cómoda, sin doblarlas demasiado. Los expertos de Puntronic.com recomiendan que el teclado esté plano sobre el escritorio, no en una bandeja extraíble.
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- El ratón: Para usar el ratón sin dañar las muñecas, es recomendable tener una alfombrilla con almohadilla. De esta forma, la muñeca descansa mientras estamos usando el ordenador y permanece recta.
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- El monitor: El monitor siempre debe quedar a la altura de los ojos. Este requisito es difícil de cumplir si se utiliza un portátil, por lo que es mejor incorporarle una pantalla adicional. Desde la pantalla hasta los ojos debe quedar una distancia de al menos 60 centímetros. Igualmente, es muy importante cuidar el brillo. Una luz muy agresiva puede irritar los ojos, pero una demasiado tenue nos obligará a forzar la vista. Por ello, lo ideal es mantener el brillo entre un 70 y un 80 %.
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¿Qué rutina hay que tener para teletrabajar?
Lo más difícil de trabajar en casa es saber cuándo parar. Pero también todo lo contrario: concienciarse de que el tiempo de trabajo no es para hacer cosas personales.
- Fijar horarios: Aunque trabajemos en casa, hay que cumplir una jornada laboral. Puede ser difícil mantener la concentración fuera de la oficina, y por eso es esencial acostumbrarse a unas rutinas similares a las del trabajo presencial. Si la jornada empieza a las 9 y termina a las 18, hay que cumplir ese horario de forma estricta. De lo contrario, corremos el riesgo de alargar de más la jornada.
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- Hacer descansos periódicos: Estar en la misma posición durante muchas horas puede perjudicar nuestra salud. Es importante hacer pequeños descansos, especialmente para estirar las piernas y levantar la vista de la pantalla. Con un descanso de unos 10 minutos cada hora es suficiente.
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- Separar el trabajo de la vida personal: Al estar todo el día en casa, surge la tentación de adelantar las tareas del hogar durante los descansos. Eso, aunque puede parecer una forma de ahorrar tiempo después, perjudica a la concentración. Es importante mantenerse centrado en una sola tarea (el trabajo) y ceñirse a la jornada laboral.
- Ser flexibles cuando sea necesario: Hay personas que, por sus propias circunstancias, no pueden seguir unas rutinas muy estrictas (por ejemplo, si tienen niños pequeños o familiares a su cargo). Teletrabajar y seguir unas rutinas no implica que no podamos ser flexibles si hace falta: lo más importante es ser constantes y aprovechar las ventajas que supone no tener que desplazarse a la oficina.