Manguitos, flotadores y burbujas deben usarse solo donde se haga pie y bajo la supervisión de un adulto
Segun informa la web ahogamiento.com. el pasado 2019 fallecieron en nuestro país 532 personas víctimas de ahogamientos, ya sea en piscinas, en el mar, en ríos o pantanos, y de ellos, una buena parte eran menores de edad. De hecho, es la segunda causa de accidentes mortales en menores de 18 años. Y durante el primer semestre ya son 121 las víctimas mortales por ahogamiento.
¿Qué pasará este verano de 2020?
Este verano lo que está claro es que el coronavirus nos va a condicionar la vida: de entrada, hay limitaciones y restricciones de aforo, e incluso hay piscinas privadas que no van a abrirse por el miedo al contagio del coronavirus. Lo que está claro es que hay que respetar medidas básicas de seguridad en las piscinas, playas, etc. por el coronavirus, claro, pero también los principios de seguridad en el agua.
Nunca es pronto para enseñar a un niño a nadar. La edad ideal para apuntarle a un curso es entre uno y cuatro años. No es raro que un pequeño aprenda antes a nadar que a andar.
Pero aun cuando el niño sepa nadar, debe haber siempre un adulto vigilándole constantemente, dentro y fuera del agua. Será el quien le indique que no puede correr y jugar en el bordillo de una piscina, ya que podría golpearse y caerse al agua. Tampoco es mala idea que los padres se apunten a un curso de primeros auxilios: en caso de ahogamiento, el tiempo es primordial; sobre todo si es necesario realizar operaciones de reanimación.
Ayudas a la flotación, sí...
Los manguitos, los chalecos o las burbujas están diseñados para servir de ayuda al niño mientras esté aprendiendo a nadar y pueden usarse en zonas profundas.
Sea como sea, recuerda que el niño debe estar siempre vigilado. Recuerda que estos artículos no son salvavidas, solo ayudas a la flotación.
Los manguitos son sencillos de utilizar pero deben estar bien colocados, mejor cerca del hombro, para evitar que se salgan de forma accidental. Los chalecos deben coincidir con la talla del niño.
Las burbujas son una buena alternativa, pero sólo para niños de más de dos años. Si usas burbuja, ajústala a la parte alta del cuerpo lejos de la cintura para evitar que el niño pueda darse la vuelta y quedar boca abajo en el agua.
Otras ayudas, como las bandas pectorales o el swimtrainer, pueden ser eficaces, pero siempres que se coloquen bien: es imprescindible contar con unas buenas instrucciones.
Hay que tener en cuenta que los chalecos ofrecen mejor ajuste y flotabilidad, además dejan los brazos libres. El chaleco es el que más protección proporciona, por lo que es lo mejor cuando no sabe nadar; mientras que las burbujas son más útiles cuando ya se tiene práctica en la posición de natación, pero que no vayan en la cintura. Los manguitos, muy populares en su momento por su sencillez, han perdido interés, porque dificultan el aprendizaje de los movimientos y por el riesgo de que se pinchen o se salgan si no están bien ajustados.
Sistemas de ayuda a la flotación
Chalecos, burbujas... si quieres que los más pequeños estén seguros en el agua, además de estar con ellos y no perderlos de vista, asegúrate de que llevan bien colocado una de estas ayudas. Revisa cuerdas, enganches, hebillas? Mucho ojo con los juguetes
Los barcos, las figuras hinchables, los barcos y la mayoría de colchonetas y flotadores se consideran juguetes acuáticos. Esto significa que:
No están obligados a cumplir unas normas de flotabilidad básicas.
Sólo deben usarse en zonas donde el niño apoye las plantas de los pies.
Nunca deben usarse en el mar, ya que la corriente podría arrastrarles hacia dentro.
Si miden menos de 120 cm, las colchonetas se consideran juguetes. Cuidado con llevarlas a zonas profundas, ¡y con dormirse encima!
Mucho cuidado con tirarse sobre el juguete cerca del borde de la piscina: puede rebotar y golpearse contra el mismo bordillo; o incluso contra el fondo.
Las figuras hinchables son muy atractivas para niños y mayores... El verano pasado ocurrieron varios accidentes desgraciados por estas figuras que acabaron arrastrando al bañista mar adentro. Se trata de un peligro real que no hay que menospreciar. Si no se va a hacer un uso responsable de estos artilugios y mantenerse donde puede hacer pie es mejor evitar comprarlos. Pero ojo, son sólo juguetes: no son flotadores ni salvavidas, no deben usarse donde el niño no hace pie, y, muy importante, hay que evitar que se lancen desde el bordillo sobre ellas.