Reprocha al líder del PP que use las víctimas contra el Gobierno y de convertir a su partido en la formación de la Provocación Permanente
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha acusado este miércoles al dúo conformado por los líderes de PP y Vox, Pablo Casado y Santiago Abascal, de pretender convertir la reivindicación feminista que representa el 8 de marzo en "la nueva conspiración de la derecha", de manera similar a los intentos de vincular a ETA con los atentados del 11 de marzo de 2004 perpetrados por el terrorismo islamista.
Pese a haber prometido en su primera intervención ante el Pleno del Congreso que debate la última prórroga del estado de alarma que no entraría a contestar las "provocaciones" de la oposición, Sánchez ha arremetido en su primer turno de réplica contra todo aquel que le ha criticado intentando dejar en evidencia las aparentes contradicciones e intereses particulares de unos y otros.
Se ha ensañado en especial con el presidente del PP, Pablo Casado, a quien en todo momento ha presentado como un político mimetizado con el líder de Vox. "Casado Abascal, Abascal Casado, tanto monta, monta tanto", ha repetido en varias ocasiones a la hora de referirse a los dos.
Sánchez ha criticado la "fijación" que, en su opinión, tienen estos dos partidos con la celebración del 8 de marzo en España, cuando las mismas marchas se celebraron prácticamente en todo el mundo occidental y fueron incluso más multitudinarias porque por aquel entonces "nadie sabía lo que se venía encima".
En la manifestación de Berlín, por ejemplo, participaron cientos de miles de mujeres, ha dicho Sánchez. "¿Fue culpa de Merkel o del doctor Simón?", ha ironizado, antes de lamentar que en ningún otra parte del mundo salvo en España se está relacionado el feminismo con el COVID como hacen "de mala fe" PP y Vox. "No usen el COVID como excusa, nunca les gustó la igualdad de género", les ha espetado.
Tras pretender equiparar a Casado con Abascal, el presidente ha advertido al líder del PP de que en los últimos tiempos se está "deslizando por una pendiente muy peligrosa" utilizando "el dolor" por la pérdida de vidas humanas que ha provocado la emergencia sanitaria. Y con esa estrategia, cree el presidente, el PP no ganará nada, pero "hará grande a la ultraderecha".
Se ha quejado Sánchez de que los sucesivos avisos que viene lanzando a Casado sobre el error que supone echarse en brazos de la ultraderecha sea "como clamar en el desierto" porque bajo su liderazgo, las siglas del PP se han convertido "en otra cosa, en el partido de la provocación permanente".
LA COALICIÓN DURARÁ CUATRO AÑOS
El jefe del Ejecutivo ha recordado a Casado que su partido "ha perdido cinco elecciones en un año". "Todo un récord y parece que tiene bastante prisa en perder la sexta", se ha burlado, antes de afirmar que el actual Gobierno de coalición, pese a los intentos de la derecha de presentarlo como un gabinete débil y dividido, va a estar gobernando "cuatro años".
En un intento de anular las críticas que le ha dirigido la oposición, ha presentado las denuncias sobre el baile de cifras en los datos oficiales sobre fallecidos y contagiados en la epidemia como un mero ejemplo de la estrategia de la derecha de "poner en cuestión todo".
Y recordando la reiterada petición del PP para que el Gobierno decretara luto oficial por las víctimas mortales de la pandemia, Sánchez le ha dicho a Casado que al menos "estará satisfecho" de que durante dos días consecutivos no haya habido muertes por COVID porque de lo contrario "parecería que usted usa los muertos contra el Gobierno".
Se refería así Sánchez al hecho de que el balance oficial del Ministerio de Sanidad lleve dos días sin registrar nuevos casos de fallecimientos pese a que varias autonomías sí han reportado decesos.
El presidente ha reprochado tanto a PP como a Vox que con su rechazo a esta última y definitiva prórroga del estado de alarma se "desentiendan" de su responsabilidad de ejercer una oposición de estado y ha urgido a Casado a que "vuelva a la política" y termine con el "berrinche" por no asumir la legítima formación del Gobierno de coalición.
"Asúmalo, han perdido dos elecciones generales. Un poco de humildad y empecemos a trabajar por el bien del país", le ha espetado a Casado, invitándole a comprometerse con la recién Comisión de la Reconstrucción creada en el Congreso de los Diputados y señalando que siente cierta "nostalgia" por el entendimiento que tuvo con Mariano Rajoy durante la crisis con el independentismo catalán en el entorno del referéndum del 1 de octubre.
A Junts per Catalunya, que también votará no a la prórroga, Sánchez le ha reprochado su actitud que ha vinculado a "cuestiones de política catalana", en alusión a las autonómicas que deben celebrarse en los próximos meses en Cataluña y a su interés de diferenciarse de su socio de coalición en el Govern, ERC.
Al representante de Compromís, Joan Baldoví, que también votará en contra de la prórroga le ha admitido que no comprende esa posición que la formación vincula a la infrafinanciación de la Comunidad Valenciana cuando precisamente el Gobierno ha ofrecido a las CCAA un fondo no reembolsable de 16.000 millones de euros para ayudar a las autonomías a financiar entre otras cosas el gasto sanitario en el que han incurrido por el coronavirus.
CIUDADANOS NO ES SOCIO
El presidente ha contestado también a las críticas que Ciudadanos le ha dirigido por su Gobierno "frankenstein", a pesar de haber negociado el apoyo a esta sexta prórroga. "Efectivamente no somos socios pero ojalá le enseñe a otros partidos otra forma de hacer oposición", le ha dicho Sánchez al diputado Edmundo Bal, antes de reprochar a su partido cómo incumplieron su compromiso sobre permitir gobernar a la fuerza más votada tras las últimas elecciones autonómicas, cuando optaron por permitir gobernar al PP en lugar de al PSOE, pese a que los socialistas fueron primera fuerza en Madrid, Castilla y León y Murcia.
Con especial dureza ha contestado Sánchez a los diputados de la UPN y la CUP. Al diputado navarro Carlos García Adanero le ha afeado que tenga "los mismos tics enfadados" que el PP, mientras que a la catalana Mireia Vehí le ha acusado de representar a "los revolucionarios de salón", aquellos que protestan de lunes a viernes pero los fines de semana se van de copas.