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Una docena de madres y sus hijos viven la cuarentena en el centro religioso Ave María
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Una docena de madres y sus hijos viven la cuarentena en el centro religioso Ave María

Actualizado 24/05/2020
Redacción

Este centro ubicado en Santa Marta de Tormes ha acogido a 12 madres y 15 hijos durante la cuarentena

La directora del centro materno-infantil Ave María, Rosario Álvarez, reconoce que la noticia del estado de alarma, "nos cogió desprevenidos", y se vieron obligadas a cesar el servicio de voluntariado en el ropero, entre otras actividades vinculadas con el exterior de la casa. En ese momento, en la casa vivían 12 madres con sus 15 hijos. "Vimos importante mantener las rutinas y aprovechar este tiempo para atender de forma más individualizada a las jóvenes, más tiempo a la escucha, y realizar trabajos juntas", detalla.

Las madres también comparten sus sensaciones del confinamiento. Como Ana, de 21 años, que vive en el centro junto a su hijo de 17 meses. "Acababa de empezar mis prácticas en una agencia de viajes tras dos años de formación, era muy feliz por ello". Para esta joven madre, todo esto era nuevo, "por suerte nosotras disponíamos de una casa enorme y con jardín". Ella valora el tiempo que ha podido dedicar a su hijo, con sus compañeras, "participamos en actividades con el resto de la casa, tenemos nuestras horas de trabajo y nuestros ratos más movidos, todos ellos creo que son buenos, nos hacen crear lazos y no estar quietas".

Monika tiene 20 años, y su hijo, 20 meses. Ella reconoce que al principio estaba agobiada y asustada, "pero esto me ha ayudado a estar más con mi hijo, a pensar más en el presente, a ver la realidad que hay fuera, que está muy mal la situación". Otra madre de la casa es Blanca, de 23 años, con su hijo Joel, de seis meses. Esta joven valora los momentos en los que han rezado unidas "por todas las personas que estaban hospitalizadas y no tenían visitas en el hospital", y siempre salían a aplaudir junto a las educadoras.

Xóchitl tiene 31 años, y también comparte sus sensaciones tras dos meses de confinamiento en el centro Ave María. Su hijo tiene dos años y medio. "Lo tengo todo, mi hijo es feliz y comparte los días con todos los niños de la casa, al igual que yo con todas las madres", afirma. Erika también forma parte de esta "familia" de madres coraje, que luchan cada día por sus hijos. "Nuestro día a día es una lucha constante por mejorar", subraya. El confinamiento tratan de llevarlo con normalidad: "Tenemos clases de nuestros estudios por internet, hemos aprendido cocina, incluso, he tenido tiempo de reflexionar", insiste esta joven, porque cree que con toda esta situación, "tenemos que tener más empatía hacia los demás".

Fuente: Diócesis de Salamanca

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