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Las trabajadoras de la residencia de Cantalpino “están dandolo todo” para continuar libres de...
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Entrevista

Las trabajadoras de la residencia de Cantalpino “están dandolo todo” para continuar libres de...

Actualizado 05/05/2020
Jorge Holguera

Susana Curto, directora de Residencial La Casa del Abuelo

Residencial La Casa del Abuelo de Cantalpino es un ejemplo de buen funcionamiento en estos días de dificultad. Por suerte no han tenido casos de coronavirus. Susana Curto, directora de Residencial La Casa del Abuelo, responde amablemente a las preguntas que buscan conocer cómo se está viviendo el estado de alarma, cómo ha cambiado la vida de las personas que viven en este hogar y qué futuro prevén.

¿Cómo lo están viviendo (residentes, empleados, responsables)?

Tenemos momentos de todo; incertidumbre, los nervios a flor de piel y muchos sentimientos. Los residentes lo están pasando mal sin ver a sus familiares, tienen mucho miedo porque ven la tele donde salen cosas? También depende de cómo estén: Los que tienen demencia no se enteran de mucho, el 80% si se da cuenta de que no ve a su familia, o que la situación ha cambiando. El hecho de comer y cenar en habitación es un cambio para ellos. Cuando repartí la mascarilla pensé que me la iban a tirar, pero me la pedían. Están com mucho miedo, a pesar de su edad, y echan mucho de menos a sus familiares. Por regla general recibián visitas diarias o semanales, ahora llevan más de un mes sin ver a sus familias. Nosotras, con miedo. Las trabajadoras están dándolo todo, no me puedo quejar de nada. Ellas desde su móvil ponen videos a los familiares. Tienen miedo de perder paciencia.

¿Qué medidas se han tomado?

Desde antes, incluso, del confinamiento completo hemos estado limitando visitas. Antes registrabamos las visitas de la gente que entraba. Restringimos las visitas dos días antes del estado de alarma.

Ahora, las trabajadoras solo pueden entrar por una puerta y se desinfectan del todo. En la residencia solo utilizan la ropa que se ponen aquí. Llevan doble mascarillas.

Los residentes estuvieron un tiempo confinados en sus habitaciones. Ya vamos dando un poco paseos con ellos. Comen y cenan en la habitación. En la residencia no se cruzan, si fuera preciso pasan como mucho a dos metros de distancia. Ellos llevan una mascarilla más cómoda de tela.

Por otro lado, he comprado un cañón de ozono para desinfectar todo por mi cuenta.

Los proveedores no entran, las empleadas desinfectan la carga y la meten ellas.

¿A qué se refiere cuando dice que usan doble mascarilla?

Llevamos doble mascarilla, una que nos evita contagios y por encima, una quirúrgica, que evita que nosotros podamos contagiar.

Al principio las lleve yo, pero hace un tiempo nos las proporciona la Junta de Castilla y León. Las mascarillas de los residentes son donadas gente de Cantalpino, Villoruela, Peñarandilla,.. La Guardia Civil las ha recogido y nos las ha traído.

¿Cuántas personas viven y trabajan en Residencial El Abuelo?

Son 52 residentes, y el personal somos 22 o 23.

En la entrada de La Casa del Abuelo lucen unas grandes pancartas llenas de ánimo.

Las hizo una trabajadora de la residencia. También tenemos un grupo de Whatsapp, donde nos damos mucho ánimo unas a otras. Luego hacemos vídeos con los residentes para las familias, tanto individuales como colectivos.

¿Qué preocupaciones tienen?

Que entre el COVID-19 en la residencia. Que podamos contagiarnos, y estar asintomáticos y poderlo transmitir. Estamos guardando una cuarentena más rigurosa que el resto de la población. Las cuidadoras no salen a comprar o pasear. A pesar de que mantenemos muchísima precaución, este es nuestro mayor miedo.

¿Qué hacen para suplir la falta de las visitas de familiares? ¿Cómo se entretienen los residentes?

Desde el principio habilité un ordenador con Skype para que pudiesen estar comunicados con las familias, pero el problema es que en las casas no saben o no tienen medios. Ahora utilizamos nuestros móviles para poder hacer videollamadas con Whatsapp u otras aplicaciones. Estamos más mimosas con ellos, hacemos bromas. Ni siquiera podemos darles besos. Cuando echan de menos a sus familias les llamamos para que les vean y manden ánimo.

¿Qué lecciones están sacando de esta situación?

Por muy difícil que se pongan las cosas, siempre se sacan fuerzas. A lo mejor, quien más pensabas que se podía venir abajo o caerse en estas situaciones son quienes más pueden sacarte adelante. Todas unidas, remando en una misma dirección, podemos sacar bien las cosas. Somos un equipo. Las familias están muy animadas y nos apoyan muchísimo.

¿Qué futuro esperan?

Tengo claro que a pesar de que la situación cambie de manera general no nos va a cambiar a corto plazo, ni mucho menos. Seguimos trabajando con personas vulnerables y en muy reducido espacio. Nuestras medidas de protección van a durar muchísimo para evitar que se de algún caso. A medida que pasa el tiempo, la experiencia ganada nos ayudará a evitar que suceda lo que en otros lugares. Nos va a tocar mucha mascarilla y mucha precaución. No se ve la luz, pero tampoco es todo oscuridad.

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