Hemos hecho normal lo que no lo es, cotidiano el espanto, diario lo inusual. Hemos encerrado la mirada en la frontera de la pared y la mano en la resbaladiza seguridad de lo incierto. Caminamos bajo miradas acusadoras y arrastramos, día tras día, el encargo pequeño, la traílla del perro, lo que nos permita salir a esa calle mojada por una lluvia feliz, ajena a nosotros.
El mes vacío, el mes que pierde la esperanza mientras la muerte, el aburrimiento, el miedo, el cansancio y el hastío se agolpan contra las ventanas. Allí donde mueren de agotamiento aquellos que nos cuidan no hay más normalidad que el cansancio que pesa tanto como la muerte. Aquí donde ya no sabemos qué vía crucis cotidiano que recorrer la falta de trabajo, del dinero que no llega, de la esperanza que se angosta pesa también, carga sin Cirineo. Y mientras tanto, la primavera abre entre las baldosas que nadie pisa una bendita riqueza. Y mientras tanto, la esperanza hace charcos en el vacío. Y en ellos se mira el solar desolado.
La empresa Diario de Salamanca S.L, No nos hacemos responsables de ninguna de las informaciones, opiniones y conceptos que se emitan o publiquen, por los columnistas que en su sección de opinión realizan su intervención, así como de la imagen que los mismos envían.
Serán única y exclusivamente responsable el columnista que haga uso de nuestros servicios y enlaces.
La publicación por SALAMANCARTVALDIA de los artículos de opinión no implica la existencia de relación alguna entre nuestra empresa y columnista, como tampoco la aceptación y aprobación por nuestra parte de los contenidos, siendo su el interviniente el único responsable de los mismos.
En este sentido, si tiene conocimiento efectivo de la ilicitud de las opiniones o imágenes utilizadas por alguno de ellos, agradeceremos que nos lo comunique inmediatamente para que procedamos a deshabilitar el enlace de acceso a la misma.