Navales y su Viernes Santo

Hace unos sesenta años en Navales era costumbre ir a velar al Santísimo por la mañana en el altar colateral derecho de la iglesia. Un Santísimo que el sacerdote y las autoridades habían trasladado bajo palio en la tarde del Jueves Santo.

Un "velatorio" que quedaba establecido a continuación de dicho traslado por personas del pueblo, especialmente mayores, mientras que a altar horas quedaba a merced de los jóvenes y por la mañana sería arropado por los adolescentes.

Por la tarde tenía lugar lo que conocíamos como "la carrera', una procesión de un paso por las calles más largas del pueblo como la calle, Carretera de Alba, Alba, Trinidad, Mira Sol, Sol y de nuevo por Carretera de Alba hasta la iglesia. El Cristo de la 'Vera Cruz' y la Virgen pequeña, no confundir Ntra. Sra. de Navales, vestía de luto a hombros de los hombres porque las mujeres no estaban autorizadas.

Cuando se producía el relevo tanto del Cristo, que obviamente llevaba un hombre solo, y el paso de la Virgen portado por cuatro hombres, todos ofrecían un donativo. Desde 0,50 pta o 1 pta a lo que quisiera, este dinero lo apuntaba el mayordomo de la Cofradía de la Vera Cruz en un cuaderno con nombres y apellidos del donante.

Creemos sinceramente que esta costumbre se viene haciendo desde la mitad del s. XIX, si bien la Cofradía de la Vera Cruz, en Navales tiene sus origines son a finales del s. XVI.

Desde principios del s.XXI, los Estatutos ya contempla a la mujer en igualdad de derechos y deberes con respecto a la Cofradía. Navales viene realizando dicha carrera; es más existe un verdadero despliegue de medios municipales y sociales para el evento en cuestión. Sin renunciar a la costumbre mencionada anteriormente, salen los pasos del Cristo de la Vera Cruz y la Cofradía de y además uniformados con sus capirotes, banda de cornetas y tambores. Más información en el 'Navales'.

Este año 2020, tenemos un verdadero calvario como en todas las celebraciones públicas debido al momento excepcional, por el Covid-19, ha quedado relegada.

Cipriano Carabias