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Sistema de cuidados 
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Noticias positivas sobre el ser humano. 6.4

Sistema de cuidados 

Actualizado 27/03/2020
Félix López

Cerramos, con este último texto, este afecto empático-social, el Sistema de Cuidados. Naturalmente hay muchas más noticias positivas sobre el ser humano, bien las vemos estos días de pandemia. Algunas llegan al heroísmo. Pero éstas, se las dejo a usted, si quiere hacer un largo listado.

Todas las especies sexuadas tienen algún sistema pre-programado para cuidar a las crías. En los mamíferos, al menos en los más cercanos a nosotros, las hembras, nada más parir, lo demuestran con el instinto de maternidad. Protegen, alimentan y ofrecen otros cuidados a las crías. Pero, en la mayor parte de estas especies, lo machos no saben quiénes son sus crías; aunque suelen cuidarlas indirectamente, indirectamente. protegiendo o apoyando a la familia y la tribu.

En el caso humano, las mujeres también están preprogramadas para cuidar a los hijos e hijas, pero de forma menos precisa y menos determinante. La maternidad no es un instinto propiamente dicho, porque las mujeres pueden decidir no tener hijos, abandonar a las crías, donarlas, maltratarlas o rechazarlas. Por eso, deben aprender a cuidar a sus crías, conforme se hace en su cultura, si no lo han hecho antes, cuidando a sus hermanos, y aceptar éticamente la responsabilidad de cuidarlas. Programaciones, aprendizajes, leyes, costumbres y ética religiosa o humanista favorecen la responsabilidad de cuidar la prole.

Los hombres sabemos, normalmente, claro está, quienes son nuestros hijos; y este es un primer lazo de sangre importante. Con este conocimiento y la tendencia de los adultos a portarse bien con los niños y niñas, nos sentimos muy motivados para cuidar a las crías y a su madre. Los lazos y afectos con la madre, también son un gran motivo para tomarnos en serio la paternidad. Si los aprendizajes sociales nos enseñaran, como ya hacen hoy, que debemos cooperar con la madre en los cuidados de la infancia, hombres y mujeres seríamos aún más igualitarios. Una buena noticia es que ya hay muchos hombres que son excelentes padres.

En ambos casos, hombres y mujeres saben y experimentan que además de los esfuerzos que hacen con los hijos, cuidar es una conducta llena de compensaciones de todo tipo. La sonrisa de un hijo o hija, sus miradas, sus caricias y un millón de cosas más, son una recompensa que no tiene igual. Cuidar es gratificante y saludable, para el cuidador y cuidadora, salvo que sea en régimen de esclavitud o dureza sin respiro.

La esencia del sistema de cuidados es la incondicionalidad. Los cuidados afectivos, la valoración de las crías y las mil atenciones concretas que necesitan deben ser incondicionales. Un gran esfuerzo, porque os días tiene 24 horas, las semanas siete días (Dios descansó al séptimo día, pero no nos programó para el descanso del domingo), hay pocos meses bisiestos y son 18 años, para empezar.

Pero el resultado es la mejor noticia posibles: los hijos responden con otro vínculo, el apego, ya comentado en otro texto. Sistema de cuidados, de los padres, y apego de las crías, cierran el circulo amoroso de la familia, el más poderoso y estable de todos los vínculos humanos. La familia es la institución más valiosa e incondicional, desde todos los puntos de vista. Somos una especie para el contacto y la vinculación.

Si usted dedica unos minutos a hacer un listado de todo lo que ofrece la familia y el valor de la incondicionalidad, se sentirá reconfortado.

El problema, en la actualidad, es que el sistema de cuidados está en crisis. Muchas personas jóvenes retrasan por razones bien conocidas los embarazos (inseguridad económica, necesidades del currículum, el consumo de ocio y diversión como nuevo valor, etc.). La fecundidad ha pasado, de ser un valor y casi una obligación, a estar más desvalorizada y mal vista por parte de la población joven.

Por otra parte, la socialización que hemos hecho de los chicos y las chicas, desde los años setenta, les ha igualado, no en el aprendizaje de la colaboración y el valor de los cuidados, sino en únicamente exigirles ir bien en la escuela y no dar problemas. Si cumplen estas condiciones, miel sobre hojuelas. Un grave error de las últimas generaciones de padres. Con excepciones, no se moleste, si usted es una de ellas.

¿Resultado? La comida rápida, usted me entiende.

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