Carmus, el museo de la belleza abrumadora

Alba de Tormes no necesita presentación. Es uno de esos destinos salmantinos que, además, se postulan como gran referente nacional en el ámbito del turismo religioso. La localidad es célebre por su monasterio carmelitano dónde se conservan las reliquias de Santa Teresa pero acumula muchos otros atractivos patrimoniales hasta el punto de que, en ocasiones, algunos llegan a pasar un poco desapercibidos.

Podría quizá suceder con el museo carmelitano Carmus. Situado en la propia casa del convento fundado por Teresa de Jesús, el museo consta de cerca de 900 metros cuadrados de exposición. La visita incluye algunas de las estancias originales del convento hoy rehabilitadas. La colección, una de las más espectaculares de la provincia, encuentra en las reliquias de la Santa su reclamo estrella pero ni mucho menos el único. Esa visita termina con la llegada al sepulcro, uno de los lugares que mayor veneración y respeto genera en la provincia de Salamanca.

Las diferentes salas por las que pueden transitar los visitantes acogen obras de arte renacentistas de gran importancia y ejemplos barrocos, todos ellos de temática religiosa. Pinturas, esculturas y orfebrería se unen a tallas, retablos, relicarios y marfiles para asombrar a quien quiera descubrirlos. Si hubiera que destacar una obra quizá sería la famosa Dolorosa, de Pedro de Mena, que los expertos datan en el siglo XVII. Sorprende también la enorme colección de figuras de niño Jesús de los siglos XVII y XVIII. Igualmente imprescindible resulta las riquísima colección de pinturas sobre láminas de cobre o piedras nobles que custodia este museo, impresionante y hasta abrumador en ocasiones.

El horario de Carmus desde marzo a octubre es de 11:00 a 13:30 y de 16:00 a 18:30 horas los lunes mientras que de martes a domingo se puede visitar de 10:30 a 13:30 y de 16:00 a 19:00 horas.