Más de 3.000 personas en la provincia se ven obligadas a afrontar un problema que condiciona su día a día y les puede llegar a causar graves lesiones
El pasado 28 de febrero, el Grupo Socialista de la Diputación de Salamanca planteaba al Pleno una moción para solicitar la puesta en marcha de una línea de subvenciones para personas afectadas por la enfermedad celíaca. Asimismo, reclaman medidas fiscales para abaratar los alimentos sin gluten, como la aplicación para estos del llamado IVA superreducido, que sería del 4 %. El mismo que, después de años de lucha, se aplica ya a los productos de higiene femenina. La propuesta fue aprobada por unanimidad.
La enfermedad celiaca afecta al 1 % de la población, lo que en el caso de Salamanca supone que, en torno a 1.500 personas de la capital y más de 3.000 en toda la provincia son víctima de este problema de salud. Ese porcentaje es mucho mayor entre las personas con síndrome de Down. Aún se desconoce por qué cerca de un 4 % de este colectivo padece esta intolerancia que despierta una reacción inmunológica anómala que daña el intestino y conlleva, en muchos casos, una mala absorción de los alimentos. Se trata, en realidad, de una enfermedad crónica.
Se ha demostrado que el consumo de gluten predispone la aparición de enfermedades autoinmunes en otros órganos tales como la tiroiditis, la diabetes, la osteoporosis, alteraciones del esmalte dental o lesiones en la piel y también está asociada a la aparición de linfomas intestinales, anemia junto a problemas de fertilidad y neurológicos. La única solución para combatirlo pasa por no tomar gluten.
Otro de los grandes problemas con los que se topa la celiaquía es la dificultad en el diagnóstico. Se calcula que, en la actualidad, dos de cada tres personas que la padecen no están diagnosticadas, por lo que, además de campañas divulgativas y de concienciación frente a esta patología -que se harán especialmente visibles en torno al 5 de mayo, Día Mundial del Celiaco- también se piden medidas que permitan afinar aún más ese diagnóstico. Se estima que el diagnóstico puede demorarse varios años, hasta 7, y, en ocasiones, el síndrome del intestino irritable puede enmascarar la enfermedad celíaca en adultos.