Durante la guerra de Sucesión castellana el reino islamita de Granada se había negado a pagar parias. La leyenda asegura que el rey moro Ab? al-Hassán 'Ali ben Saad, llamado por los cristianos Muley Hacén, recibió a los recaudadores cristianos enviados por Isabel parapetado tras las maravillas del salón de Embajadores de la torre de Comares, y les dijo que en las cecas donde antes acuñaban monedas para pagar las parias, ahora forjaban espadas. La situación económica del reino nazarí era mala; tenía que importar el trigo y la carne para alimentar a una población de más de trescientas mil personas, habían perdido el espíritu islámico ?amén del coraje- y confiado su seguridad a mercenarios del norte de África llamados "Combatientes de la Fe", que rápidamente se contagiaban de la molicie de sus hermanos nazaríes y se agrupaban en la clientela de las grandes familias, zegríes[1] o abencerrajes[2], que se enfrentaban entre sí por el control del reino.
Muley Hacén se enamoró de una cristiana, Isabel de Solís, se casó con ella y destronó a la antigua sultana, Aïsha al-Hurra, que conspiró contra el sultán, más fue descubierta y encarcelada con sus hijos. El primogénito, Boabdil, escapó, depuso a su padre y lo expulsó de Granada. Una leyenda asegura que en su testamento dejó dispuesto que le dieran tierra en el lugar más alto de al-Ándalus, para estar lo más cerca posible del paraíso. Sus servidores cumplieron fielmente el mandato de su señor y lo enterraron en sierra Nevada en un lugar que desde entonces se llama Mulhacén.
Estos enfrentamientos intestinos facilitaron la empresa de Isabel y Fernando. Por primera vez en tierras cristianas una fuerza armada de más de quince mil jinetes y cincuenta mil soldados servían de forma permanente al rey. Un ejército moderno con artillería, hubiera sido imposible tomar las fortalezas sin ella, arcabucería, intendencia, ingenieros e, incluso, hospitales de campaña. Como antes hicieran otros reyes también intervino en la guerra la marina castellana bloqueando con sus altas proas las orillas del Estrecho, para impedir la llegada de refuerzos a los musulmanes. La guerra la empezaron los nazaríes al conquistar Zahara. Fernando al frente de las tropas e Isabel recaudando fondos, comprando armas y enrolando hombres para la guerra, fueron tomando una a una todas las plazas fuertes del reino agareno hasta poner sitio a Granada durante varios meses, impidieron la llegada de refuerzos, transformaron el campamento cristiano en una ciudad ?Santa Fe- que desanimase las esperanzas de salvación de los granadinos, abortaron las escasas salidas que hicieron los voluntariosos abencerrajes tratando de sacudirse el angustioso cerco y la ciudad se rindió a finales de 1491.
[1] Familia noble granadina. Se hacía descender de los antiguos califas de Córdoba. Apoyaron a al-Zagal contra Boabdil.
[2] Familia ilustre de Granada. Arquetipos de los caballeros musulmanes; valerosos, creyentes, arriesgados, corteses y galantes..."que no se tenía por dama quién no amaba abencerraje". Milicia palaciega venida de África. Se hacían descender de una de las tribus que acompañó al Profeta en Arabia.
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