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Un solo gesto: Jes Martin’s, actor
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ENTREVISTADO EN EL CENTRO CULTURAL DE VISTAHERMOSA

Un solo gesto: Jes Martin’s, actor

Actualizado 09/02/2020
Charo Alonso

Ojos azules alegres, profundísimos, para iluminar una sonrisa de bienvenida, nunca de prisa aunque la agenda de Jesús, Jes Martín´s, sea agotadora, tanto como leer su impresionante currículum teatral.

Pura energía contenida dispuesta a saltar como un muelle, a comunicar con ese solo gesto que tanto expresa. Ojos azules alegres, profundísimos, para iluminar una sonrisa de bienvenida, nunca de prisa aunque la agenda de Jesús, Jes Martín´s, sea agotadora, tanto como leer su impresionante currículum teatral porque desde 1992 se suceden los espectáculos, las galas, el teatro de sala, el teatro en pequeño formato en La Malhablada, las giras internacionales, la fundación de Spasmo Teatro, de su productora, de su escuela? En el espacio municipal de Vistahermosa, en una sala que aún huele a madera recién estrenada, Jesús abre el telón de la entrevista.

Charo Alonso: ¿Francisco o Federico?

Jes Martin´s: ¡Federico! Ahora estamos metidos de lleno en la la puesta en escena de "Folklorquiando" sobre Federico García Lorca, un espectáculo de Gabriel Calvo dirigido por un servidor y con la obra pictórica, impresionante, de Florencio Maíllo. Por cierto, una obra pictórica que roza el gran formato porque hablamos de obras de tres metros por tres que sirven de apoyo a la música del romancero que trabajó Federico García Lorca. Es un espectáculo que se estrenó en Salamanca, en el Liceo, el día 1 de febrero, y que se va a distribuir por toda España y esperamos, también, internacionalmente.

Ch.A.: Hay artistas que detestan el trabajo de gestión y distribución, pero tú no.

J.M.: Parto de la base de que siempre me he movido en este medio, la parte de la distribución me resulta grata, la disfruto mucho. Yo monto los espectáculos y los muevo, los gestiono, quizás me resulta muy cómodo este campo porque llevo veintisiete años en este mundo. He crecido profesionalmente de la mano de muchos programadores y directores de actos culturales y he aprendido. Evidentemente, para una persona que acaba de llegar, moverse en este mundo, sin conocer a nadie resulta dificilísimo al principio, pero yo ya llevo muchos años de tarea constante.

Ch.A.: Eres uno de los socios fundadores de SPASMO TEATRO ¿Sigues vinculado a ellos?

J.M.: No, lo dejé en el 2014 y monté Jes Martin´s Producciones y fue entonces cuando se me abrió un espacio enorme de trabajo. Sigo actuando, dirijo espectáculos y hace tres años inauguré La Factoría, una Escuela Internacional de Teatro de Humor y Gesto donde soy director y profesor.

Ch.A.: Y haces radio? que te he visto y escuchado en Radio ZOES?

J.M.: Hago radio, "Jestual con J". un post de humor gestual con Paco Iglesias, con Guille Barru, dos artistazos. Lo de la radio es una loca aventura que día a día amplía recorrido, lo hacemos con público en el estudio y que cada vez nos lo piden más. Lo definimos como el primer programa de la historia de la humanidad de humor gestual en formato podcast. Y hago más cosas, a mayores acabamos de terminar de producir una serie sobre el mundo cofrade que se llama "Capataces" que consta de cinco episodios. Es como si se hubiera abierto un abanico de posibilidades y hay que estar a todo.

Ch.A.: ¿Y cómo lo consigues?

J.M.: Pues con mucha dedicación y con un equipo que me acompaña y me ayuda.

Ch.A.: Y esa pregunta que nos hacemos todos viéndote en la tele? ¿No hay que marcharse a Madrid, a Barcelona, para triunfar en este mundo artístico?

J.M.: He participado en varios programas de la tele, quizás recordéis "Sopa de Ganso", pero creo que para trabajar en televisión o en giras nacionales o internacionales no es necesario marcharse. Con veintisiete años de carrera a las espaldas eliges muy bien los proyectos, eliges con quién quieres trabajar y cómo, y lo mejor, desde dónde quieres trabajar. Los tiempos han cambiado, ahora se puede trabajar y crear vinculado al sector artístico desde tu propia casa, desde tu ciudad. Mirad, en La Factoría queremos concienciar a los alumnos de que es importarte formarse, primordial, pero que para ello no es necesario ir a Madrid, a Barcelona, ni siquiera a Valladolid. Que se puede desde aquí, y de hecho, mucha gente del extranjero viene a formarse aquí.

Ch.A.: Me encanta que le des valor a la provincia ¡Crees en la provincia!

J.M.: No, no se trata de creer en la provincia, Charo, sino en creer en proyectos de calidad. Cuando los tienes, puedes creer en ellos, trabajarlos, y el emplazamiento es lo de menos. Cuando sabes bien qué quieres hacer empiezas a ello en tu cuartel general y luego después ¡a moverte! A mí no me importa ir a hacer una obra de teatro a Murcia, por ejemplo, y regresar a casa. Es algo que no me cuesta, ir, actuar, regresar y trabajar al día siguiente.

Ch.A.: ¿Qué te mueve para aceptar un proyecto de fuera, o hacerlo tú?

J.M.: Primero ese pellizco de saber si puedes estar al nivel de lo que la gente espera de ti. Siento gratitud cada vez que confían en mí para un proyecto, aunque cuando es con gente con la que he trabajado siento que estoy en un nivel más familiar, cotidiano? Me mueve que el trabajo funcione, y guste y no hay más alegría que ver que todas tus ideas y esfuerzos se materializan en un proyecto de gran formato.

Carmen Borrego: vi uno de tus proyectos de gran formato, "El Piano", con María Guerras, fue impresionante, originalísimo?

J.M.: "El Piano" es una pasada, próximamente vamos a ponerlo en el Delibes de Valladolid. Es un espectáculo que va a dar el salto al extranjero, a eso ayuda que sea un compendio de lenguajes artísticos en el escenario como la música, el texto, el ver aparecer al pintor. Es un espectáculo solo ver a María tocar el piano, todo lo demás, como el trabajo de dirección, el audiovisual, los personajes marcando los tiempos, todo suma? y por supuesto la obra pictórica de Florencio Maíllo, que es fantástica.

Ch.A.: Tan diferente este montaje de la Navidad Franciscana que pusiste en la iglesia de San Martín, ahí estabas contenido, sobrio, lleno de emoción?

J.M.: La navidad franciscana es el primer espectáculo en el que hablo ¡Yo siempre trabajo con el gesto! Cuando Isabel Bernardo y yo empezamos a hablar del proyecto pensamos en una voz en off, pero me envalentoné y le dije, lo hago, voy a hablar, ¡lo hago! ¡No solo quiero actuar, quiero hablar! Ella confía mucho en mi trabajo y lo hicimos así. Fue increíble y además, el padre que vino de Tierra Santa se quedó alucinado con la obra y quiere que la hagamos en la misma plaza de Belén.

Ch.A.: Verte aparecer en la iglesia, con el hábito de franciscano, caminando hacia el Cristo, los pies descalzos? era impresionante ¿No tenías frío?

J.M.: No tenía frío, iba tan cargado de energía, iba con tantas ganas de decir esas palabras que no sentía el frío.

Ch.A.: Eso sí, gracias a ese hermoso texto basado en las palabras de San Francisco y a vuestro montaje, la navidad con mi familia tuvo un espíritu mucho más austero, no sé si te lo van a agradecer?

J.M.: Y la mía también ha cobrado otro sentido. El sentido de la Navidad está viciado por compras, estrés? Y ahora la he sentido fraternal, llena de humildad, muy sentida, sencilla, muy honda. Nos pasa a todos, que enmascaramos con luces y con regalos lo que debería ser un disfrute de la navidad, el niño que nace, la reunión. Y yo he tenido la suerte de descubrirlo.

Ch.A.: Y nosotros gracias a ti y a Isabel Bernardo. Jesús, eres un actor gestual, heredero de los Tricicle, por ejemplo. ¿Por qué te decidiste por el gesto?

J.M.: El gesto es el lenguaje universal. Uno de los más grandes actores gestuales es Chaplin que lo engloba todo: es cómico, dramático? Cuando dominas el gesto y el humor, dominas cualquier cosa. El humor tiene que ser muy inteligente, muy escogido. Hacer llorar es difícil y hay una forma de lograrlo, hacer reír es mucho más difícil y en el humor no coincide todo el mundo ¡Fíjate qué profundo!

Ch.A.: Gesto es el del mimo o el clown y yo no concibo nadie más triste que un payaso o que Marcel Marceau.

J.M.: Es que el gesto es infinito, depende del lenguaje. Si vas hacia Tricicle no hay dramatismo. Hay varias líneas de entender el clown, o el mimo, yo intento combinar el humor y el drama. En el caso de "El abuelo", por ejemplo, hay comicidad, pero también se trata algo muy dramático que es la soledad de la gente mayor. A mí cada vez me gusta más hacer dramones, pero tengo un problema, cuando el público ve un gesto mío, se ríe.

Carmen Borrego: ¿Es fácil entrenar el gesto, no la actuación, el puro gesto?

J.M.: Hay una formación técnica, claro, yo digo siempre que puedes tener habilidades para todo, pero que si no entrenas, no vale. Mira, para aguantar veintisiete años haciendo teatro hay que tener un don. En La Factoría vemos alumnos que no se expresan en absoluto y que luego van aprendiendo, unos lo desarrollan antes y mejor, otros tardan más, pero os aseguro que tenemos alumnos de pánico escénico que ahora no se quieren bajar del escenario.

Carmen Borrego: ¿Tú eres tímido? Por cierto, ¿qué dijeron tus padres cuando les anunciaste que te dedicarías al teatro?

J.M: No, yo soy muy extrovertido, una persona muy abierta, pero es cierto que me cuesta más estar frente a cinco personas que ante mil. Y a mis padres no hizo falta decirles nada. A los ocho años participaba en el programa "Se buscan estrellas" de Teresa Rabal. Para ellos el teatro era algo natural, estaba ahí de la mano de Maribel Iglesias, de Miguel Martín, de los Colegas de la Vega. Para ellos lo raro es que no hubiéramos hecho teatro.

Ch.A.: Miguel y Maribel, espléndidos actores que hacen su trabajo en Salamanca, volviendo a lo que hablábamos antes de no ir a Madrid?

J.M.: Ellos, Maribel y Miguel fueron los padres que nos lanzaron al mundo del espectáculo. Una cosa que le digo a mis alumnos es que vuelvan a su círculo siempre, por muy alto que vuelen, que vuelvan. Es lo que te hace no irte por las nubes, darle importancia a aquello con lo que construyes tu mundo. Nosotros los actores trabajamos como una persona más, es un trabajo más. Y necesitas seguir, como yo, tomando café en mi barrio, en la Vega. Puedes estar en redes de trabajo nacional, internacional, pero siempre sabiendo valorar lo que vale.

Ch.A.: Y lo que vale para ti es vivir en Salamanca? cuando pensamos que en esta profesión hay que hacerlo en Madrid, insisto.

J.M.: En esta profesión te centras en lo tuyo, en subir y subir y nadie te educa en valores, como el valor de tener los pies en el suelo. Yo creo en las cosas buenas de la vida, me gusta estar en mi casa, no perderme a mis hijos. Y ahora, como os dije, se puede trabajar de otra forma, ir, venir, no plantear giras agotadoras sin regresar a casa en meses.

Ch.A.: Del tópico de la vida disipada del actor entonces nada ¿no? Excesos, divismo, todo lo demás?

J.M.: No sé, yo soy un actor raro, no bebo, no fumo. Sólo pido agua caliente, no me gusta que me digan "mucha mierda", soy raro? ¡Y trabajo solo! La verdad es que me cuido porque este es un trabajo de largo recorrido, de fondo. Hay que cuidarse por los viajes, por tener ilusión por los proyectos. Yo amanezco cada día con un nuevo proyecto, con algo nuevo para materializar. Soy afortunado porque no me importa, como os he dicho, ir a un sitio, actuar y regresar y seguir trabajando. Para eso hay que estar preparado físicamente.

Ch.A.: Jesús ¿tus hijos imitan tu humor? Y por cierto, actúas mucho en El Liceo ¿Cómo te sientes en este teatro nuestro tan hermoso?

J.M.: No me imitan a mí, el mayor tiene su propio humor, es el que está en el grupo de amigos y salta la chispa, sale a padre. Y mira, el Liceo no solo es hermoso, hay en él un equipo técnico muy bueno, he crecido con ellos, y me siento, por supuesto, muy, muy a gusto actuando en él.

Ch.A.: Das clases aquí y en Santa Marta: ¿Cómo es la experiencia docente?

J.M.: Dicho por docentes, lo gestiono bien ¡Creo! No se trata de enseñar al alumno técnica teatral solamente, también se trata de motivar al alumno, y pienso que eso lo hago de una forma cercana, familiar. Claro que entre las clases, la preparación de espectáculos, actuar, tengo una agenda tremenda.

Ch.A.: Nos han dicho que eres muy generoso, muy concienzudo pero quizás muy controlador.

J.M.: Es que me implico muchísimo en todo, en las luces, el sonido, el escenario, todo tiene que estar perfecto, es mi trabajo.

Ch.A.: Hemos hablado de montajes potentes, pero también haces espectáculos de pequeño formato para eventos, o microteatro para La Malhablada, por ejemplo. ¿Crees que ese pequeño teatro anima aún más al público para ir al teatro?

J.M.: El microteatro es otra manera de transmitir la cultura teatral al público, claro, y todo lo que sea crear cultura, independientemente del formato, es bueno y? Por cierto, ¡que me tengo que ir a dar clase!

Salta del escenario y de la charla con un salto, el pelo disparatado, los ojos expresivos, el gesto dispuesto a la risa. Sin embargo, yo le sigo viendo, arrastrando los pies descalzos, cirineo de todas las cargas, hacia el altar donde nació el teatro allá en la Edad Media. La voz profunda y sentida, plena de emociones, saliendo del hábito franciscano. Emoción, humildad, trabajo, y teatro, puro teatro.

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