, 12 de mayo de 2024
Volver Salamanca RTV al Día
Color y negro en La Salina para Ramiro Tapia
X
A la espera de su gran exposición en el DA2

Color y negro en La Salina para Ramiro Tapia

Actualizado 02/02/2020
Charo Alonso

El pintor salmantino ofrece una muestra de su pintura más reciente hasta el 1 de marzo

Es La Salina, en esta Salamanca nuestra escasa de espacios expositivos, la más hermosa de las salas, el lugar a pie de calle de nuestros afectos, tan cercanos a la Plaza Mayor, a la salida al río, a la Anaya de mis recuerdos donde disfrutamos de la obra de los artistas nuestros y ajenos en la cercanía de sus salas, piedra y pared blanca, el pozo abierto a los pies del visitante.

Y tiene La Salina hasta marzo un ilustre ocupante, uno de esos artistas de prestigio internacional que eligen la provincia, su provincia, para seguir viviendo, creando y asistiendo al devenir de una ciudad que en ocasiones no sabe lo que guarda entre sus habitantes. Ramiro Tapia, el pintor que eligió el Campo Charro para seguirnos perteneciendo, paisaje y fuerza creativa, sigue sorprendiéndonos y admirándonos desde la lucidez, el tesón y esa originalidad con la que despierta cada día a nuevas propuestas. Si para el espectador, el arte es un espacio para disfrutar, aprender y cuestionarse, la pintura es para Tapia una forma de estar en la tierra, un deseo constante de libertad y de fantasía por la que se llega, según el pintor, a la felicidad.

De ahí que esta muestra, titulada acertadamente "Color y negro", tenga la rabiosa y feliz intensidad de un color que deslumbra desde el fondo negro. Ya sea con reminiscencias culturales de trazo chino, egipcio, onírico o propio de los bordados serranos tan propios de la Salamanca de símbolos quiméricos y zoomórficos, o ya sea con el goce de su propia fantasía. Tapia explora la geometría, el color, el trazo casi infantil del dibujo bien marcado, la alegría del dragón, el dinosaurio, la criatura quimérica salida de la sopa primigenia de su inquieta mente, y lo hace con esa alegría desbordante, no exenta de intelectualismo, que caracteriza su última pintura.

Porque todo en Tapia es movimiento, cambio, dialéctica de su veloz inteligencia. El pintor que se inició con el simbolismo lírico en sus primeros estudios compartidos en Madrid, en Bilbao, ha recorrido la abstracción, el fabulismo, las máquinas sabias, las metamorfosis en todos los sentidos, las arquitecturas increíbles, babélicas, las figuraciones emblemáticas y todo lo que ha fabulado su ingente voluntad sincrética. Porque todo en Tapia es aprendizaje, ejercicio, trabajo, hiperactividad y también, alegría. Una alegría que ilumina el negro con los colores vivos de una paleta prodigiosa, la de un pintor en plenitud de facultades crítico, visionario, fuerte y fecundo. Y esa fecundidad, libérrima y entregada, lo mismo nos hace un cartel de ferias que nos devuelve a la pasión por los signos, los lenguajes, los alfabetos crípticos, grafías geométricas que crecen y rebosan del lienzo.

Una muestra que se inaugura cuando la desaparición de María Cecilia Martín nos sitúa en ese momento necesario de reivindicar lo nuestro, porque somos una ciudad de artistas cuyos nombres se pronuncian en sordina, sus obras resguardadas hasta del ojo de aquellos que quisieran verlas. De ahí el aplauso a la Diputación por abrir La Salina, la más hermosa de las salas a la obra de un artista salmantino, en este caso, felizmente internacional. Un ejemplo expositivo, como el de todos los espacios de la ciudad, que los hace nuestros y no solo a través de sus paredes, sino de un catálogo completo, de interesantes textos y un precio asequible a un público que no deja de disfrutarlos? a ellos, a los artistas, a aquellos que nos cuestionan desde las paredes de todos. Inmenso, Ramiro Tapia.

Fotografías: Carmen Borrego.

Comentarios...