Doy descanso esta semana a los lectores que siguen mis textos sobre Noticias positivas de los seres humanos. Deseo comentar la polémica, planteada por Vox, sobre el llamado "pin parental" (nombre tomado del pin para evitar contenidos violentos y sexuales, muy explícitos, en internet).
Vox considera que en la escuela, en sus actividades complementarias, durante el horario lectivo, no se debe permitir, sin permiso expreso de los padres, que determinadas personas o colectivos, como, por ejemplo, LGTBI o quienes hablan de violencia de género, den charlas.
En el gobierno responden que "los hijos no son propiedad de los padres" y que recurrirán a los tribunales.
El gobierno dice, con razón, que los hijos no son de los padres; pero se olvida que tampoco los menores son propiedad del Estado. No debe haber educación sexual sin los padres, ni contra los padres. La colaboración entre los padres y la escuela es necesaria y posible, si no se politiza (en el mal sentido, porque con buena política llevaríamos mucho tiempo con buena educación sexual). Durante años, hemos tenido, en la práctica, a los padres como aliados de la educación sexual.
Quienes llevamos más de cuatro décadas formando profesores y padres, sin haber tenido ningún conflicto con los padres ni con las Escuelas, nos escandalizamos de la destructiva capacidad de los políticos para crear problemas y fomentar la discordia y hasta el odio. ¿Volvemos a las dos Españas? La radicalidad de Vox, en determinados temas, y la tendencia del gobierno a apropiarse e instrumentalizar determinados movimientos sociales, como el feminismo y el colectivo LGTBI, pueden dar al traste con lo que puede y debe ser la educación sexual. ¿No es, me pregunto, dentro de una adecuada educación sexual, dónde mejor se pueden plantear la igualdad entre las mujeres y los hombres, la ética de las diversidades sexuales, la prevención de todos los maltratos sexuales y los delitos contra la libertad sexual?
Formulo, sin entrar en guerras partidista, algunas propuestas básica:
1º.- Cada persona es única, no pertenece a nadie y tiene derecho a que la familia y la comunidad, muy especialmente a través de la Escuela (aunque no solo), atiendan sus necesidades y se socialice. Pero la libertad de los menores debe ser tutelada, especialmente por los padres, salvo maltrato (en cuyo caso debe actuar el Estado), precisamente para que puedan construir su autonomía y su biografía sexual con libertad.
2.- Los menores tienen derecho a recibir educación sexual en la familia y la escuela.
3.- La familia y la escuela tienen obligación de ofrecer educación sexual a los menores.
4.- La familia y la escuela deben colaborar en esta tarea, apoyándose mutuamente.
5.- Los roles o funciones de la familia y la escuela son diferentes.
5.1.- La familia, sea cual sea estructura, debe ofrecerle vínculos afectivos seguros y una experiencia de vida amorosa positiva, donde los menores convivan con cuidadores que merecen confianza, se traten con respeto e igualdad y se apoyen en un sistema de cuidados mutuos. La familia tiene derecho a transmitir creencias y valores particulares, siempre que no estén en contradicción con los valores universales. También deben apoyar incondicionalmente a hijos e hijas y ofrecerle las mismas oportunidades vitales, responder a las preguntas, darles informaciones básicas y protegerles de los riesgos.
5.2.- La Escuela debe ofrecer conocimientos profesionales bien fundados ("enséña lo que sabes, no lo qué opinas") y valores universales. Una visión positiva del hecho sexual humano, prevención de los riesgos y habilidades interpersonales.
5.3.- Los educadores deben estar bien formados y ser buenos profesionales. No hacer proselitismos o actividades militantes, sino tener en cuenta todas las diversidades sexuales y amorosas, así como la igualdad entre las personas. Uno no es buen educador por ser progre, conservador o militante de ciertas causas, aunque sean justas, sino por ser buen profesional, que es bastante más difícil. ¿Hemos formado adecuadamente a los profesionales? Los educadores que pertenecen a la mayoría sexual, por decirlo así, deben saber trabajar bien con las minorías; y a la inversa. La educación sexual no es lugar para la guerra entre diversidades, ni entre los hombres y las mujeres, ni entre la izquierda y la derecha, sino el lugar para desactivar las guerras y construir la paz, la justicia, la igualdad y la libertad. Afortunadamente, no hay una intimidad sexual y amorosa de izquierdas o de derechas, sino personal o de pareja ¿Quieren los políticos también meterse en nuestra cama?
5.4.- Hay varios modelos de educación sexual en la escuela: a) limitado a la prevención de riesgos, b) contextualizado en una determinada religión, c) ideológicamente radicalizado con nuevos mitos sobre la sexualidad y d) el propuesto por directivas europeas o la Asociación Mundial de Sexología, denominado Holístico o Integral. En este último, nos situamos nosotros, pero considero que tampoco este modelo define bien el rol de los menores, la familia y los profesionales. Por eso, venimos proponiendo, desde hace años, un Modelo Biográfico y Ético, en el que cooperamos siempre con las familias, que son convocadas a una o varias sesiones. El objetivo es prevenir los riesgos y los malos usos de la libertad, adquirir conocimientos bien fundados sobre sexualidad, incluyendo los afectos sexuales (deseo, atracción y enamoramiento) y sociales (apego, amistad, cuidados y altruismo), adquirir habilidades interpersonales, una ética del placer y el bienestar propio y de la parejas y una aceptación de todas la biografías sexuales compatibles con la salud. Se trata de una ética de valores universales, en un contexto que podemos compartir creyentes y no creyentes, diferentes propuestas políticas, los hombres y las mujeres, las mayorías y las minorías sexuales
5.5.- Desde el punto de vista penal, proponemos considerar maltratos sexuales de menores las mutilaciones, los matrimonios concertados, los abusos sexuales, la prostitución, la pornografía infantil. También la no aceptación de la identidad sexual o de género, la homosexualidad y la intersexualidad.
¿Y no les parece a ustedes un maltrato por negligencia que los padres o la escuela no ofrezcan educación sexual, dejando la infancia en manos de la pornografía y de una sociedad que va camino de convertir la sexualidad en un producto más de consumo?
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