No. La escuela pública no adoctrina. Es plural, libre, civilizada. Admite siempre una variedad de enfoques, que reflejen la pluralidad de una sociedad como la que vivimos. Y es respetuosa con las distintas perspectivas. Y es civilizada. La llamada libertad de cátedra es uno de sus ejes más decisivos. Porque, cuando se quiere censurar algo, la libertad está amenazada.
Y esa libertad de perspectivas y esa pluralidad de enfoques a la hora de enseñar, y esa libertad de cátedra, y ese no escamotear lo que una sociedad tan compleja como la nuestra es, no están destinados a ningún adoctrinamiento, sino a fomentar el espíritu juicioso y crítico del alumnado, a fomentar el libre pensamiento, que son pilares en los que se basa la civilización moderna y contemporánea occidental, a la que pertenecemos.
Las enseñanzas concertadas y privadas, sin embargo, sí que tienen idearios y, por ello, son más proclives al adoctrinamiento, a los adoctrinamientos. Por ello, no hemos de ser cínicos y no hemos de confundir a la sociedad, para colar perspectivas cerradas e interesadas, basándonos en los derechos de las familias, cuando nos interesa.
La función de los maestros y de las maestras, que enseñan a los niños, en las fases educativas infantil y primaria, es importantísima, es clave en la sociedad, es decisiva. De ahí que, ahora, desde las instancias políticas, debido a perspectivas cerradas e interesadas, no se puede echar tierra sobre la enseñanza pública.
La labor de los maestros y de los docentes no universitarios ?incluimos aquí las enseñanzas secundarias o medias? es una labor mucho más difícil y abnegada de lo que determinados políticos creen y también una parte inconsciente de la sociedad, que ya, desde los inicios de la democracia, no ha hecho más que echar tierra encima de tales docentes.
Y es una labor tan decisiva que, estos días, escuchábamos en un reportaje radiofónico, en uno de los desdichados campamentos de refugiados de una isla griega, ante las perspectivas tan desesperanzadas que viven, varios adultos, prisioneros en ellos, han montado una rudimentaria escuela, en medio de la desolación del abandono al que los tenemos sometidos, porque ?como decía el adulto, instruido, con carrera, que en tal campamento está varado? la educación es decisiva para todos los niños que allí malviven, ya que es lo único que les puede arrojar algo de luz y algo de esperanza.
No seamos cínicos, no inoculemos "pins" educativos ni cosas por el estilo, con el pretexto de la elección de las familias, para ocultar lo que de verdad se trata de hacer, que no es otra cosa que desmontar las perspectivas democráticas de que gozamos en nuestro país desde el final de la dictadura.
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