Alencart invitado al homenaje a San Juan de la Cruz, titulado ‘Bosques y espesuras’

El miércoles 12 de diciembre, a las 20:00 horas y en la Sala Octogonal del Auditorio de San Francisco de la ciudad de Ávila, tendrá lugar el encuentro 'Diálogos con Juan de la Cruz', que este año tiene como lema 'La naturaleza y San Juan de la Cruz: Bosques y Espesuras', y para el cual ha sido invitado especialmente el poeta Alfredo Pérez Alencart, profesor de la Usal y colaborador de SALAMANCA AL DÍA. Alencart leerá un poema escrito para la ocasión, titulado "Nemoroso soy, y sufro", donde dialoga con Juan de Yepes y clama contra la deforestación que sufren los bosques o la contaminación de los ríos de su tierra amazónica, en su Perú natal.

Este homenaje se realiza cada año, en días previos a la festividad de San Juan de la Cruz, el 14 de diciembre, impulsada desde el área de cultura del Ayuntamiento de Ávila y la Universidad de la Mística (CITES), con la intervención de alumnos de esta Universidad, originarios de diversos países del mundo, quienes leerán fragmentos de la prosa del más notable poeta en lengua castellana. Los diálogos nacieron en 1999, y desde ese año han venido celebrándose anualmente por estas fechas. Cada edición versa sobre un aspecto de la obra sanjuanista y se establece un diálogo entre poetas, que leen sus propios versos, y la lectura de textos del santo fontivereño, en torno al tema elegido, a cargo de los alumnos del CITES.

Este año participarán, además de Pérez Alencart, los poetas abulenses María Ángeles Álvarez, Ester Bueno, María Victoria Muñoz, José María Muñoz Quirós, Rafael Sánchez, Julio Collado, Miguel Velayos y José Pulido. También intervendrá, con una introducción, el carmelita Francisco Javier Sancho, director de la Universidad de la Mística. La música correrá a cargo de instrumentalistas y voz de Terpsícore.

Los poetas se inspiran en los textos de San Juan. Aquí uno de ellos, extraído de sus comentarios al Cántico Espiritual: "Llama bosques a los elementos, que son: tierra, agua, aire y fuego; porque así como amenísimos bosques están poblados de espesas criaturas, a las cuales aquí llama espesuras por el grande número y mucha diferencia que hay de ellas en cada elemento: en la tierra, innumerables variedades de animales y plantas; en el agua, innumerables diferencias de peces, y en el aire, mucha diversidad de aves; y el elemento del fuego, que concurre con todos para la animación y conservación de ellos; y así, cada suerte de animales vive en su elemento y está colocada y plantada en él como en su bosque y región donde nace y se cría. Y, a la verdad, así lo mandó Dios en la creación de ellos, mandando a la tierra que produjese las plantas y los animales, y a la mar y agua los peces, y al aire hizo morada de las aves (Gn. 1). Y por eso, viendo el alma que él así lo mandó y que así se hizo, dice el siguiente verso: Plantadas por la mano del Amado. En el cual está la consideración, es a saber, que estas diferencias y grandezas sola la mano del Amado Dios pudo hacerlas y criarlas. ? Y así, el alma mucho se mueve al amor de su Amado Dios por la consideración de las criaturas, viendo que son cosas que por su propia mano fueron hechas".