Un primer intento con tres drones del que el concejal de Medio Ambiente ha valorado que se pueden haber marchado un 30 % de las aves
Durante la tarde de ayer el parque municipal La Corredera ha estado acordonado para utilizar un equipo de drones contra los aproximadamente 300.000 estorninos que utilizan los árboles de este espacio de recreo como dormideros.
Hasta allí se ha desplazado el concejal de Medio Ambiente, José Ángel Castellano, junto a la técnico del área, para supervisar la operación y ha manifestado que aproximadamente un 30 % de los estorninos han huido atemorizados por los drones y por el sonido de la pirotecnia que se ha empleado también. Aunque parecía que huían muchos más, el concejal ha manifestado que una vez que los pájaros se posaban en los árboles ya era más difícil asustarlos y aunque levantaban el vuelo en numerosas ocasiones, volvían a posarse en los dormideros. Ahora el equipo de Gobierno estudiará los resultados, aunque es de esperar que mañana vuelvan de nuevo los que han huido esta noche y valorará si repetir la operación o probar con otras técnicas como el uso de cetrería
Es habitual al atardecer, ver negros los tejados de los edificios de Béjar por la cantidad de ejemplares que se preparan para dormir en el parque municipal y todo un espectáculo observarlos descender en picado sobre los árboles. Sin embargo no es muy agradable el nauseabundo olor que desprende este jardín público por las mañanas, cuando la humedad de la noche moja los excrementos.
Los estorninos son aves gregarias insectívoras que anidan dos veces al año para criar, durante estas épocas no utilizan los dormideros sino los nidos, sin embargo el resto del tiempo se han convertido en molestos vecinos en parques de las ciudades con frondosas arboledas, tanto por el ruido que producen como porque tienen parásitos externos e internos que eliminan a través de sus excrementos, convirtiendo esos lugares en zonas insalubres, sin embargo su abono sí es bueno para el campo.
Son aves muy beneficiosas para la naturaleza por la gran cantidad de insectos que devoran, sobre todo en época de cría, acabando y evitando las perniciosas plagas, sin embargo también ellos mismos pueden convertirse en una plaga cuando acaban con las cosechas, no obstante, para que eso suceda hay que hablar, al menos, de dos millones de ejemplares y en Béjar duermen unos 300.000, procedentes de bandadas que comen en otros puntos de la comarca de Béjar, en zonas más al norte de Salamanca y en la Sierra de Francia, el único sitio de los alrededores del que no llegan es de la Sierra de Béjar, porque es un territorio demasiado extenso y sin comida para que lo puedan atravesar a diario.
Los hermosos vuelos en bandada que protagonizan, configurando una unidad, se forman cuando siguen a las ocho o nueve aves que van delante. Una forma de protegerse convirtiéndose en un ente mayor que confunde a los depredadores.