Quienes conviven con el día a día del barrio siguen luchando por la convivencia y la normalidad de un barrio hasta ahora sin solución
¿Hay alguna solución para el barrio de Buenos Aires? Esa es la pregunta con la que cada día se levantan numerosos vecinos de este conflictivo barrio salmantino. Entre ellos, Emiliano Tapia, párroco del barrio de Buenos Aires, integrante de la Asociación para el Desarrollo Comunitario del Barrio de Buenos Aires (ASDECOBA) y una de las pocas personas que conviven con el día a día del barrio y que se atreven a alzar la voz para denunciar los problemas que existen.
"Nuestra principal reclamación es que las instituciones hagan frente al narcotráfico. No es posible que haya viviendas vacías cuya utilización sea la venta de drogas. Son viviendas de la Junta de Castilla y León. Ellos saben que esto existe y no hacen nada por evitarlo", afirma con rotundidad Emiliano Tapia.
Otra de las reclamaciones de los vecinos, según Tapia, es una mayor presencia policial en el barrio. "Desde hace seis o siete años no se ha hecho ninguna operación en el barrio para tratar de combatir a los narcotraficantes. Lo peor de todo es que las autoridades saben quién mueve la droga, dónde la tienen, etc. No hacen nada".
El control y la exigencia por parte de los servicios sociales con las personas más desfavorecidas o en riesgo de exclusión social compone otra de las demandas de los vecinos del barrio. "Es verdad que durante los últimos años hemos recibido más ayuda por parte del Ayuntamiento de Salamanca en esta materia, pero también es verdad que somos los propios vecinos los que muchas veces tenemos que estar atentos a lo que sucede y solucionar las cosas", afirma el párroco de Buenos Aires.
Luchando por su barrio
ASDECOBA (Asociación de Desarrollo Comunitario Buenos Aires) es una organización sin ánimo de lucro cuya experiencia en el área de la exclusión social es amplia y probada. La entidad se compone de diferentes colectivos relacionados con el barrio, en un claro intento por determinar, conocer y ayudar a solucionar, de la manera más adecuada, todas las problemáticas existentes.
Entre sus principales reclamaciones, además de las señaladas por el párroco Emiliano Tapia, se encuentran otras como la prevención de problemas como el absentismo, el fracaso escolar, el abandono temprano de los estudios, la adquisición de hábitos no saludables, la acogida y ayuda para cada persona con situación de necesidad, la promoción e integración a través de los diferentes programas y servicios dirigidos a grupos con especiales dificultades o la sensibilización y potenciación de la participación activa de la población en el análisis y búsqueda de soluciones desde la propia comunidad.