El presidente de la Federación de Peñas de Unionistas de Salamanca expone su opinión sobre el polémico partido de Unionistas frente a la Cultural Leonesa
Calamitoso, desastroso y bochornoso. El arbitraje que sufrió el conjunto de Roberto Aguirre en la tarde de ayer fue malo, muy malo. Unionistas no pudo sumar ante el potente equipo leonés, la Cultural y Deportiva Leonesa, por los errores de bulto del colegiado del encuentro. El inexistente penalti señalado en el tramo final del partido en contra del cuadro local por supuesta mano de Zubiri (expulsado por doble cartulina amarilla en ese instante), cuando quedaban unos quince minutos para el final, vició lo que restaba, dejando en bandeja la remontada a los culturalistas, que, en situación numérica ventajosa, no desaprovecharon la oportunidad y se llevaron los tres puntos con un golpe de fortuna en el segundo tanto, tras el autogol de Piojo.
Vaya por delante indicar que el tema del arbitraje es difícil y que los colegiados deben tomar decisiones en décimas de segundo, pero lo que nunca debe hacer un juez, es de manual, campo de fútbol, palacio de justicia, etc., es acometer y tomar una decisión si existen o albergan en su mente dudas razonables tras los hechos presentados o si no se está seguro de lo que se va a sentenciar.
La prueba de la marca del balón en el pecho, camiseta de Zubiri, deja al desnudo la mala decisión tomada por el colegiado. Lo más gravoso no es la señalización de la pena máxima, el penalti hay que meterlo, es la amarilla que muestra al defensa de Unionistas. Provoca su expulsión y lo merma sin jugar para el siguiente compromiso liguero.
El árbitro estuvo mal, descabalgado por un encuentro de guante blanco, tomó partido en los puntos rivales.
Unionistas jugó sin miedo ante uno de los trasatlánticos de la categoría, juntando líneas, con cinco en la zona de medios y muy sólido sobre el terreno de juego, maniató a su oponente que nunca estuvo cómodo en Las Pistas.
Se puede perder contra la Cultural, equipo llamado a estar arriba, pero no creo que necesite un empujoncito del trío arbitral para doblegar a Unionistas.
Unionistas de Salamanca, que venía de golear en la matinal del sábado en un ejercicio sano de democracia y trasparencia con su Asamblea de Socios, en los que se había aprobado el presupuesto, se había puesto al día a los dueños del club en las diferentes parcelas: deportiva, económica, social, etc. fue silenciado a golpe de silbato por un nefasto colegiado.
Lo que representa el espíritu de democracia vivido en la mañana del sábado en la Asamblea de Unionistas, fue desmontado por la tarde en Las Pistas de manera imperativa, a base de opacidad y con aires dictatoriales, cargado de dudas, por un colegiado que estuvo rematadamente mal. Tras la amarga queja, sólo queda levantarse, respirar hondo y preparase para lo siguiente.
Esto no para, y aunque el fútbol debe ser ocio para el aficionado, en el que tiene que prevalecer el pasarlo bien por encima de todo, a veces, en contadas ocasiones, algún borrón te desvela la noche del domingo.