Cayetano le corta dos orejas a un bravo toro de Domingo Hernández y abre la puerta grande con El Juli que corta cuatro orejas; doble bronca para Morante de la Puebla
Ese 'Barquito' que trajo a La Glorieta Justo Hernández es de esos toros que deberían salir en cualquier tarde de toros al menos una vez. La bravura de un toro es el argumento más sólido para defendernos de ataques externos. Y de entre todo lo que se vio esta tarde en Salamanca aún resuena a estas horas en los corrillos de buenos aficionados la bravura de 'Barquito' que salió por chiqueros cuando el reloj casi marcaba las ocho. El de Domingo Hernández iba con todo, empujando en cada embroque y entregando su bravura. Se arrancó al peto y empujó por el pitón izquierdo. Fue un discutible bravo en la arrancada y en la repetición. Fue el ritmo y la emotividad ya desde las primeras series de derechazos que le ofrecía Cayetano con los vuelos de la muleta. Todo lo que hace este torero quiere hacerlo despacio, aunque hoy tardó en salir ese temple, esa colocación y esa quietud que pedía el oponente. La importancia de los tiempos?
Siempre en los medios, le bajó la mano tras series continuadas por la diestra para ir cogiendo el pulso a la embestida excelente. Humillaba, respondía con son a los toques. Le puso la zurda Cayetano y ahí surgió el entendimiento, ya tirando de raza, gustándose, con desplantes toreros y con empaque surgieron naturales de peso que culminaron en gloria con dos orejas en el esportón tras pinchazo y una reconocida y unánime vuelta al ruedo al toro de un encierro desigual de presentación aunque sirvieron dos más. No fue el primero de Cayetano con el que le volvió otra vez a faltar entendimiento frente a ese tercero 'Amoroso' para que allí no fluyera nada.
Del encierro, sí sirvió el segundo, 'Presor', de Garcigrande. Otro toro bravo. Se gustó desde inicios El Juli echando la tela abajo para conducir primero y gobernar después con el público con él. Le recetó cuatro verónicas y una media muy despacio en los medios. Con una mirada bastó para que Juli aplicara su condición de figura e imponerse desde inicio cuando el de Garcigrande respondía con prontitud y tranco a cada gesto. Se hizo con los mandos Juli para sellar series iniciales ligadas y con largura con la diestra aprovechando el pitón derecho del toro. Buscaba siempre la profundidad. Al natural dibujó naturales hondos y a ralentí y el delirio vino tras la estocada entera en dos orejas de ley; dos más le cortó a ese quinto de nombre 'Posadero' de Domingo Hernández. Era noble y sosón que fue a más a base de exigir y buscar. De definir y obligar, y eso mejor que nadie lo sabe hacer Julián. Prolongó la embestida a base de técnica y cabeza por ambos pitones y acabó con el contador a cuatro. Cuatro orejas a la maestría de El Juli aunque seguramente excesivas en otras circunstancias pero que vinieron a rescatar una tarde gris y desangelada del de la Puebla que actuó antes.
La actitud de Morante de la Puebla hoy en Salamanca no sólo fue de arrogancia, sino también desvergüenza. Un torero de su talla no puede permitirse el lujo de acumular espectáculos grotescos en un porcentaje alto de las plazas que pisa. No dio la mínima opción a ninguno de sus toros y su paso por La Glorieta acabó entre pitos, insultos y cabreos, otra vez. Decepcionante.
FICHA DEL FESTEJO
Plaza de toros de Salamanca. Cuarta de abono de la Feria de la Virgen de la Vega. Tercera corrida de toros. Casi lleno.
Toros de Garcigrande y Domingo Hernández. El sexto, premiado con la vuelta al ruedo.
Morante de la Puebla: bronca y bronca
El Juli: dos orejas y dos orejas tras aviso
Cayetano: silencio y dos orejas