Profesor de Derecho Penal de la Usal
Cuando la derecha política española se siente electoralmente amenazada y pierde lo que realmente cree suyo, el poder, recurre a la defensa numantina del patriotismo casposo, dando a entender a los ciudadanos que son los únicos que se sienten españoles, que son los únicos que defienden la unidad de España y que todos los demás son abyectos separatistas, bolivarianos estalinistas y defensores de los terroristas. Este mensaje, aunque es históricamente reiterativo, aún cala en muchos ciudadanos, porque penetra con fuerza en las entrañas emocionales más primitivas de los seres humanos. Recordemos que los enfrentamientos más encarnizados entre pueblos, naciones, etnias e incluso entre ciudadanos de un mismo pueblo o nación, se han debido al encarnizado ensalzamiento de patriotismos trasnochados, de nacionalismos centrales o periféricos que han provocado guerras, muerte y destrucción.
Esto es lo que ha hecho esta semana el PP en el Congreso de los Diputados organizando una jornada en defensa de la unidad de España titulada "Españoles en defensa de lo común"; un acto al que han acudido algunos personajes como Rosa Diez, que anteponen sus intereses personales a los generales de la colectividad. Recordemos que esta señora pasó por el PSOE, partido en el que ocupó importantes cargos públicos, después fundó UPyD, llevándolo a su desaparición y ahora está llamando con fuerza al PP para que le abra sus puertas. Ya lo ha dicho, es feliz, pero quiere ser parlamentaria a toda costa. Prueba de ello es que cuando abandonó el PSOE no renunció a su acta de eurodiputada, que es un puesto "muy goloso". El acto del PP ha sido un absoluto fracaso puesto que no ha logrado congregar a representantes de Ciudadanos, Vox e incluso a muchos políticos del PP que se han manifestado en contra de estas iniciativas. Son las ideas de la muy irascible diputada Cayetana Álvarez de Toledo y los políticos de la línea más dura, reaccionaria y ultramontana del PP.
El título elegido para las jornadas acentúan la esquizofrenia política en la que sistemáticamente habitan los líderes del PP. "Defender lo común" es ser honesto, trabajar por los intereses generales y no estar involucrado en graves asuntos de corrupción política como la Gürtel, la Púnica, Lezo o Bárcenas. "Defender lo común" no es aupar como presidente de una Comunidad Autónoma a una persona como Díaz Ayuso, que, presuntamente, utilizó el poder para beneficiar a su familia en el caso del préstamo recibido por Avalmadrid ?entidad semipública creada por el gobierno regional y que han pagado, por tanto, todos los madrileños-, cuando el resto de los ciudadanos no han podido tener ese privilegio. "Defender lo común y la Constitución Española" no es promover maniobras judiciales con pruebas falsas y con la presunta complicidad de políticos como José Manuel Soria, del PP, para desacreditar a una diputada de Podemos, Victoria Rosell, que tuvo que renunciar en su día, demostrándose ahora la verdad, porque el Tribunal Superior de Justicia de Canarias ha condenado a ese juez por prevaricación, cohecho y falsedad documental, a 6 años y medio de prisión, 18 de inhabilitación y multa, o la operación presuntamente dirigida por el ex secretario de estado de seguridad del gobierno de M. Rajoy, Ignacio Cosidó, contra Podemos, utilizando las "cloacas del Estado" y en el que presuntamente participaron periodistas afines al partido conservador. "Defender lo común y la Constitución española" no es cargar contra los derechos forales del pueblo vasco como ha hecho la portavoz del PP, Álvarez de Toledo en una convención de este partido en esa Comunidad. Hay que recordarle a esta señora que éstos derechos están reconocidos en la Disposición Adicional 1ª de la Carta Magna.
En el acto, Rosa Díez ha defendido a capa y espada el constitucionalismo español, al que llega, según manifiesta, desde la socialdemocracia. "Defender la España constitucional" desde una postura socialdemócrata no es avalar el régimen impositivo que promueve el PP en Madrid de bajadas de impuestos, porque beneficia a los más poderosos, mientras que la Constitución establece lo contrario, ya que prevé un "sistema tributario justo inspirado en los principios de igualdad y progresividad", es decir que los ricos contribuyan proporcionalmente más que los ciudadanos económicamente más modestos. "Defender la España constitucional" es promover que el Estado sea realmente un Estado Social que garantice el sostenimiento de las políticas sociales y no descuidar la educación y sanidad públicas y los servicios sociales fomentando la privatización de los servicios públicos como hace el PP donde gobierna.
Creo que debemos reivindicar menos ese patriotismo casposo y decimonónico, que sólo tiene consecuencias negativas, y más la defensa, el respeto y garantía de los derechos fundamentales, sociales y económicos de todos. Esto sí es defender el Estado social y democrático de derecho; esto sí es defender el constitucionalismo español y no presumir de ello, como hacen PP y Ciudadanos y después no cumplir. Ya lo dice el refrán, "dime de qué presumes y te diré de qué careces".
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