El volumen de agua embalsada en Salamanca se sitúa en el 39,6% de su capacidad, muy por debajo del 66,7% del año anterior, mientras en el sector agrario los efectos de la falta de precipitaciones provocan cuantiosas pérdidas
Las últimas precipitaciones en forma de chubascos y tormentas no han ayudado a paliar la pertinaz sequía que afecta a zonas como Castilla y León y a mantener las reservas de agua de los embalses. La reserva hidráulica de los embalses de la Cuenca del Duero sigue descendiendo, situándose en el 49,3% a finales del mes de agosto, 1,5 puntos menos en tan solo una semana. A lo largo del mes la reserva hidráulica de la Cuenca del Duero ha descendido 4,5 puntos -a principios de agosto alcanzaba el 54% de su capacidad-, según los datos del Ministerio para la Transición Ecológica.
La que va camino de ser la segunda sequía más importante del siglo -las precipitaciones se sitúan un 15% por debajo de lo normal y en zonas como Castilla y León hasta el 25%, según datos de la AEMET- está provocando que sea un verano con uno de los niveles de agua embalsada más bajo. El conjunto de los embalses de la Cuenca del Duero almacena 4.057 hectómetros cúbicos (hm³) de agua, un 23% menos que el año anterior (5.290 hm³) y un 19% menos que la media de los últimos diez años (5.021hm³).
Las previsiones no apuntan a que este otoño vaya a revertir la situación, porque la tendencia es muy seca en la zona centro. En Castilla y León, y en concreto en provincias como Salamanca, se puede hablar de sequía meteorológica, aquella que se debe a un periodo con precipitaciones inferiores a lo normal. Si analizamos la situación de los principales embalses de Salamanca (Santa Teresa, Irueña y Águeda) los datos son aún más preocupantes, ya que el volumen de agua embalsada se sitúa en el 39,6% de su capacidad, muy por debajo del 66,7% del año anterior y de la media de los últimos diez años (54,6%), según datos de la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD) a fecha de 29 de agosto.
El embalse de Santa Teresa, el más grande de Salamanca, almacena 201,2 hm³ de los 496 de capacidad. El de Irueña, 38,7 hm³ de los 110 de capacidad; y el más pequeño, el del Águeda, almacena 8,5 hm³ de los 22 de capacidad.
Cuando deja de llover quien primero suele sufrir las consecuencias es el campo
La agricultura y la ganadería son los sectores más afectados por la falta de precipitaciones del último año. Una campaña marcada por la sequía y que las asociaciones agrarias ya califican de calamitosa para el campo. Las pérdidas en España a consecuencia de la sequía se elevan a 1.000 millones de euros, de los que el 60% corresponden a Castilla y León, sin incluir los cultivos permanentes, según Asaja Castilla y León. Salamanca ha sido una de las provincias más afectadas de España por esta circunstancia meteorológica. Las pérdidas en agricultura y ganadería en Salamanca superan los 80 millones de euros debido a la falta de precipitaciones.
Esta misma semana, la Consejería de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural de Castilla y León publicaba las ayudas para suministrar agua a la ganadería extensiva y semiextensiva afectada por la sequía (Orden AGR/767/2019, de 23 de Agosto), de las que serán beneficiarios los titulares de explotaciones ganaderas y los gestores de pastos. Próximamente se prevé la publicación de la convocatoria de ayudas, tanto para los titulares de explotaciones ganaderas, como para los gestores de pastos comunales.