La polémica de los sueldos en Segunda B
El dinero pasa a ser la preocupación principal dentro de un equipo de fútbol, por lo que los aficionados y la historia del club pasan totalmente a un segundo plano
Las cifras que mueve el fútbol son muy grandes y de ello es consciente prácticamente todo el mundo. Aun así, lo que asusta es que no solo los equipos profesionales cuentan con tanto dinero para gastar en cada mercado de fichajes, los grupos inversores que entran dentro de los equipos de Segunda B también han decidido entrar en la burbuja del fútbol. Esto es una situación muy peligrosa ya que hay que tener en cuenta que los clubes semiprofesionales que están por debajo de la Segunda División no perciben derechos televisivos, es decir, la gran mayoría de sus ingresos se perciben por la venta de los abonos y dinero que ingrese el propietario o socio de la entidad.
Estos nuevos dueños llegan a los clubes de fútbol modestos como auténticos salvadores y siempre con una gran cantidad de dinero como justificación de todos sus planes, algunos sin ni siquiera tener ninguna noción sobre la categoría en la que van a invertir su dinero. Uno de los nuevos grupos inversores que se ha incorporado a la Segunda B es el propietario del CF Salmantino, un grupo inversor mexicano del que se conocen muy pocos detalles. Este tipo de dueños son un arma de doble filo ya que, al invertir una cantidad de dinero bastante alta, si es que se invierte de verdad, siempre tiene como objetivo recuperar el capital o directamente generar beneficios mayores.
El dinero pasa a ser la preocupación principal dentro de un equipo de fútbol, por lo que los aficionados y la historia del club pasan totalmente a un segundo plano. En el caso del Salmantino, los jugadores que ha incorporado a la plantilla son con experiencia en la categoría, pero nada fuera de lo normal ni traspasos extravagantes. En este mercado de verano se han visto auténticos escándalos por jugadores que estarían en un equipo del tercer escalón español, por lo que no es nada sencillo mantener unos gastos altos si no se culmina con un ascenso salvador que cuadre las cuentas.
La llegada de Toché al Burgos procedente del Oviedo en Segunda División es una muestra más de la auténtica burbuja que sufre el fútbol actual. Según las últimas filtraciones, se estima que el futbolista percibirá cerca de un cuarto de millón de euros brutos anuales, un salario superior al que tienen algunos jugadores que militan en la categoría de plata. Una ficha de estas características es prácticamente inasumible para cualquier equipo de fútbol semiprofesional, pero la llegada de Antonio Caselli como nuevo propietario ha disparado el gasto en la secretaría técnica de El Plantío.
El empresario argentino renovó a Fernando Estévez como piedra angular del proyecto, entrenador al que prometió todo tipo de peticiones que hiciese para que continuase al frente de la plantilla. Estos sueldos extravagantes crean expectativas demasiado altas para la categoría que no todos los equipos se pueden permitir, sobre todo aquellos que no son propiedad de empresarios o grupos inversores. Las diferencias entre equipos de la parte alta de la tabla y la zona inferior son cada vez más altas y se espera que esto siga creciendo.
Junto al Cartagena y Badajoz, estos tres equipos son los que mayores inversiones han hecho en este mercado de fichajes, incorporando jugadores de categoría superior como Fucile, jugador uruguayo con dos Mundiales disputados a sus espaldas. Verza es otra de las incorporaciones del conjunto albinegro procedente del Rayo Majadahonda, aunque tiene pasado en el Almería y Levante. El Levante debutará ante el Alavés y su victoria tiene una cuota 3,40 en Betway. Estas cuotas han sido seleccionadas y confirmadas a día 15 de agosto.
El principal riesgo de las inversiones extravagantes llega cuando el grupo inversor o propietario decide dejar de invertir dinero al ver peligrar un posible retorno, por lo que el club queda totalmente expuesto y en una situación de la que es muy complicado salir. Los casos más recientes son los del Real Murcia o el Racing de Santander, que llevaron a prácticamente la desaparición de los clubes o varios descensos consecutivos de categoría. Los resultados dictarán sentencia y decidirán si estas inversiones valen la pena o no son para nada rentables para los propietarios de los clubes.