Hace más de una década para atrás, la palabra constancia consistía en que no me faltara droga en el bolsillo para no afrontar la realidad y la palabra esperanza consistía en que la policía no me cogiera ya que para mantener mi adicción a la heroína y cocaína tenía que delinquir a diario y algunos días más de una vez tenía que jugarme la libertad. Como era de esperar, al final acabé en prisión.
Ahora estas palabras empiezan a tener sentido en mi vida, ya que estando en prisión decidí empezar a cambiar mi estilo de vida y para ello me tuve que llenar de esperanza, llevando la constancia siempre en la mochila.
Para empezar, tengo que decir que ser constante no es fácil, pero es lo primero que un adicto tiene que tener siempre presente para seguir abstinente, y con el tiempo se va haciendo más fuerte y ahí entra la palabra esperanza.
Ser constante es cuidar tu cuerpo, ya que lo has tenido muchos años abandonado y para esto se requiere ser fuerte y perseverar en ser una persona limpia, que se ducha todos los días, que se cepilla los dientes tres veces al día, que va al médico para hacerse un chequeo y que si puede, incorpore la gimnasia en su día a día.
Los horarios también son de gran importancia, ya que empezar a regular tus horas de sueño, que son reparadoras, y acostumbrarte a un horario para que el día de mañana cuando te pongas a trabajar de forma digna ya lo tengas asimilado. Al igual que venir a diario al centro de día de Cáritas de 10 a 19 horas también ayuda en ese aspecto.
Para hablar de la esperanza solo que me queda por decir que pido a Dios y a todos los santos, que no la pierdan en lo que me resta de vida y tenga siempre, siempre algo por lo que seguir luchando para no volver a caer en el mundo de la droga y la delincuencia. Con esto quiero decir , si siendo constante con mi abstinencia, mi trabajo y mi familia solo desearía tener esperanza de poder hacer algún tipo de voluntariado para devolver en cuerpo y alma la ayuda que en su día he necesitado de buenas personas, que me apoyaron y siguen apoyándome en este camino lleno de rocas, que es la vida.
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